
“Lo que ha pasado es terrorífico, pero mi hijo ni el resto de menores que vivían en ese piso con la educadora deberían haber estado en libertad desde hace tiempo”, ha declarado Antonio Granero Gallardo, un cocinero muy popular en su tierra y presentador de televisión en Extremadura.
Antonio es el padre de uno de los tres menores acusados del asesinato de María Belén Cortés Flor (35 años) la madrugada del pasado lunes en un piso tutelado de Badajoz.
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“Es una locura que les permitieran regresar al piso, donde ya había habido problemas y dejarlos solo con ella, y de donde se habían escapado tres veces”, ha insistido el padre del menor en una entrevista concebida al diario El Mundo.
La educadora social ya había denunciado con anterioridad la situación laboral en la que se encontraba. “Tenían que estar privados de libertad, tenían que estar encerrados entre otro centro, eso creo que lo entiende cualquiera, no es que lo diga yo”, ha sentenciado Antonio Gallardo.
El Juzgado ha decretado el internamiento en régimen cerrado para los tres menores, que además huyeron en el coche robado de la educadora social y que posteriormente tuvieron un accidente.

Detrás de las cámaras
Antonio es un personaje muy conocido en su profesión. Un respetado cocinero que ha protagonizado durante muchos años varios programas gastronómicos en la televisión extremeña, donde se hizo muy famoso alcanzando grandes audiencias.
De hecho, gracias a su carisma y simpatía, se fijaron en él desde la política, presentándolo como cabeza de cartel en las pasadas elecciones en el partido regionalista Juntos por Extremadura. No obstante, el partido no conseguiría la suficiente representación parlamentaria.
Pero lo más crudo de la realidad del cocinero y presentador era que, detrás de su sonrisa y capacidad para llegar al público, se escondía un calvario personal. “Mi hijo se convirtió en una víctima prácticamente del sistema”, ha señalado Antonio.
Impactado aún por los hechos, a los que no pone ninguna justificación, ha insistido en pedir perdón a las “principales víctimas”, como son la familia de Belén, a la que ha repetido disculpas en repetidas ocasiones.
“Esto no se decanta de un día para otro, sino por una serie de decisiones. Desde que mi hijo es muy pequeño y por las decisiones que va tomando la administración, cada una peor que la otra”, ha indicado el cocinero.
En este sentido, se prefiere, en primer lugar, a su proceso de separación con su exmujer, un duro divorcio en el que se metieron denuncias por violencia de género y donde la droga siempre ha estado presente.
“Al margen del mayor (el acusado de 15 años), tengo otros dos más pequeños que están siendo señalados. Son los que más me preocupan porque están sufriendo esta semana la crudeza de la sociedad, cuando ellos no han hecho nada, no tienen nada que ver con esto”, ha lamentado Antonio.
La madre, “otra víctima del sistema”
El cocinero enfatiza en el papel de la madre de sus hijos, aunque también matiza que se trata de “otra víctima del sistema”.
Hasta hace seis años, la custodia de los menores cayó sobre ella “porque las leyes sesgadas de ideología están montadas para que, por tener a los niños, haya estado recibiendo una gran cantidad de dinero cada mes”, ha reclamado Antonio.
Aproximadamente, la mujer cobraba entre 1.800 y 2.000 euros mensuales en concepto de manutención, pero “que no se ha gastado en darles de comer, sino en otras cosas”, ha puntualizado el presentador. “El que estuviera mi hijo solo con ella es la clave de todo esto”, ha subrayado Antonio.
Según el cocinero, esto se debe a que “el Gobierno, en vez de poner medidas para atajar este problema, lo incrementa y mete dinero en casa de una persona que consume, para que encima los niños tengan la posibilidad cercana de caer en este problema”.
“Lo que hacen es mantener chiringuitos porque el tratamiento de menores con estos problemas también es un negocio y se lo suelen dar a amiguitos con carné de partido, que se llegan un gran dispendio de dinero por cuestiones ideológicas, y así nos va”, ha denunciado el presentador.

Un círculo vicioso
En este contexto, finalmente la custodia cayó sobre él: “Cómo sería la cosa, tal y como están las cosas, para que eso ocurriera”, ha incidido el cocinero. “Siempre los he mantenido con mi trabajo”, ha especificado Antonio.
La mujer fue acusada de malos tratos y en este proceso por el que atravesaba el núcleo familiar creció el niño. “Mi hijo no iba al colegio por esa época, su madre se desentendía, perdía cursos enteros y en un año podría perder tranquilamente 700 horas de clase”, ha recordado el presentador.
“Eso lo sabía todo el mundo, está registrado, lo sabía la Administración, lo sabían los profesores, los directores… Pero nadie hacía nada, año tras año, salvo el Colegio San José de Villafranca, que sí ayudó”, ha reconocido Antonio.
Esta rueda en la que había entrado su hijo terminó en un piso de acogida y en los centros tutelados de menores. Lo mandaron a Badajoz y a Mérida, con intentos de inserción educativa con ciclos de formación o de Educación Secundario Obligatoria.
El cocinero también ha contado que en estas últimas horas ha podido hablar con su hijo, “pero no de lo que pasó el domingo”. Según él, “no era el momento, sino de otras cosas para que se abstraiga”. “Yo voy a ayudarle como padre y ahora serán los especialistas como psicólogos y psiquiatras del centro los que tengan que trabajar con él”, ha concluido Antonio.