
Todos los seres humanos tenemos billones de bacterias en el cuerpo, de hecho, se estima que se contiene más bacterias que células humanas. Afortunadamente, la mayoría de estas no producen ningún daño, al contrario, algunas son beneficiosas, mientras que una cantidad relativamente pequeña son las causantes de enfermedades.
Un estudio realizado en el Centro Nacional Cerebral de Osaka, en Japón, ha relacionado la presencia de la bacteria Streptococcus anginosus en el intestino con un mayor riesgo de tener un ictus, así como la mortalidad y eventos cardiovasculares graves en pacientes que hayan sufrido este accidente cerebrovascular.
Esta investigación fue presentada en la Conferencia Internacional sobre el Ictus 2025, celebrada en Los Ángeles, donde salió a la luz que esta bacteria, comúnmente encontrada en la boca y el tracto gastrointestinal, podría desempeñar un papel clave en el pronóstico de los pacientes afectados por esta condición.
El análisis fue llevado a cabo entre 2020 y 2021 e incluyó a un total de 244 participantes, de los cuales 189 habían sufrido un ictus en los siete días previos al inicio del estudio.
Los resultados mostraron que aquellos pacientes con niveles elevados de Streptecoccus anginosus en el intestino tenían un mayor riesgo de fallecer o volver a experimentar eventos cardiovasculares en comparación con los que presentaban esta bacteria en menor cantidad.
La microbiota intestinal: un indicador de riesgo
Los investigadores decidieron comparar a los pacientes que habían sufrido este evento cerebrovascular con un grupo de 55 personas de edad similar y sin antecedentes de esta afección, y cotejaron muestras de saliva y heces para evaluar la cantidad de comunidades bacterianas presentes en la boca e intestino.
Durante los dos años de seguimiento, se observó que los pacientes con ictus y altos niveles de Streptecoccus anginosus presentaban un peor pronóstico.
Además, el análisis también reveló que otras bacterias también podrían influir en el riesgo de ictus. Entre ellas, se encuentran la Anaerostipes hadrus, que podría influir en la reducción de un 18% del riesgo, o la Bacteroides plebeius, que mostró una disminución del 14%. En contraste, la bacteria Streptococcus anginosus aumentaba el riesgo de ictus en un 20%.
Bacterias, un equilibrio delicado
La microbiota está compuesta por millones de bacterias que habitan en el cuerpo humano, desempeñando un papel fundamental en procesos como la digestión y la regulación del sistema inmunológico. Sin embargo, un desequilibrio entre bacterias “buenas” y “malas” puede desencadenar problemas de salud.
Las investigaciones previas de la Streptococcus anginosus ya habían identificado a esta bacteria con un mayor riesgo de hemorragia cerebral. Además, esta bacteria destaca por ser una de las principales causantes de caries en los dientes.
De este modo, los pacientes que habían sobrevivido al ictus y presentaban mayor concentración de Streptococcus anginosus tenían un riesgo significativo considerable de muerte o de volver a experimentar un problema cardiovascular grave.
Claves para reducir el riesgo de ictus
El doctor Shuichi Tonomura, neurólogo del Centro Nacional Cerebral y Cardiovascular de Osaka y autor principal del estudio, ha destacado la importancia de la prevención en la lucha contra el ictus.
Tanto la bacteria Streptococcus mutans como el Streptococcus anginosus son bacterias que contribuyen a la caries dental mediante la producción de ácidos que erosionan el esmalte. Por eso, mantener una adecuada higiene bucal, reducir el consumo de azúcares y utilizar pastas dentales específicas para combatir estas bacterias podrían ser estrategias efectivas contra el ictus.