
El pasado 2 de marzo, Ibrahima Traoré, un hombre de 67 años originario de Malí, falleció tras un paro cardíaco en el Centro Hospitalario Sur Francilian, en Corbeil-Essones (Francia). Su familia solicitó, entonces, su repatriación a Bamako, la capital de su país de origen, concertando el 11 de marzo como fecha para el traslado del cuerpo.
En la mañana del 10 de marzo, una funeraria debía realizar el lavado ritual del difunto. Sin embargo, cuando los hijos del fallecido llegaron a la habitación en la que se encontraba el cuerpo de Ibrahima, inmediatamente se dieron cuenta de que el cadáver que se encontraba en la habitación no era el de su padre.
Ibrahima fue confundido por un hombre del mismo nombre
Según el testimonio aportado por Awa, la hija del difunto, al medio Franceinfo, “estaba conduciendo hacia la morgue cuando mis hermanos me llamaron para avisarme. Dijeron: ‘Enterraron a papá en Dakar. Cometieron un error. Enviaron el cuerpo equivocado’. Grité y casi tuve un accidente en el camino”. “Están traumatizados porque vieron un cuerpo que no conocían”, añade, contando también como “el personal de la funeraria lo investigó y regresó para decirle a mi hermano que mi padre partió el viernes hacia Dakar, Senegal, y que se habían equivocado porque eran dos hombres con el mismo nombre”.
Para la familia, este error es inaceptable y podría haberse evitado con una mejor verificación de las identidades. Awa añade: “Lo que siento es rabia. Confundieron a un hombre negro con otro hombre negro, sólo porque tenían el mismo nombre. ¡Ni siquiera comprueban la fecha de nacimiento! Hay muchos Dupont y Dupont, pero se toman la molestia de comprobar su identidad. ¡Es increíble! El hombre tenía mucho pelo, mi padre era calvo. Mi padre era alto, él era bajo. No se parecían en nada”.

La familia de Ibrahima Traoré comunicó que han sido contactados por el hospital y asegura que les han prometido una respuesta rápida. Para Awa, lo más urgente ahora es repatriar el cuerpo de su padre a Francia lo antes posible. “Me parte el corazón saber que lo van a exhumar, pero es lo que hay que hacer. Mi madre tiene que poder despedirse de él”, dijo entre lágrimas.
La familia también está considerando emprender acciones legales: “No podemos dejar que esto quede impune. Por la memoria de mi padre, no podemos dejar que lo que hicieron quede impune. Lo enterramos en otro país, vamos a tener que desenterrarlo, es inhumano“, lamenta Awa. “Mi padre tenía 67 años, no se merecía esto. Trabajó durante 23 años en Rungis, en el barrio de la carne, trabajaba de noche, desde la una de la madrugada. Por eso acabó teniendo problemas cardíacos. Tuvo dos operaciones de corazón y desarrolló una enfermedad de la piel a causa del frío”, recuerda, antes de concluir con un nudo en la garganta: “estaba agotado y todavía no lo dejamos descansar en paz”.
De acuerdo con las declaraciones de Nordine Ghilli, el director de Elamen, la funeraria que debía realizar el lavado ritual, “mi empleado me llamó y me dijo ‘hay un problema grave, la familia no reconoce el cuerpo del fallecido’. “Luego le pedí que leyera el nombre en la pulsera y me dijo que el difunto no tenía ninguna pulsera”. “Normalmente, hay otra comprobación para no cometer errores, que es la firma del acta de inhumación. Llevamos a un familiar directo presente y que debe certificar que el fallecido es efectivamente la persona que reconoce en el féretro”, precisa. “No podemos tomar estas cosas a la ligera, me enoja“, lamenta.
Según informó a Le Parisien un asesor que siguió el caso, tanto el personal la funeraria como las personas que manejaban el cuerpo del hombre “habían visto otras funerarias aparecer el viernes”, a lo que añade que “según el director de la funeraria del hospital, el viernes había una familia allí. Nadie dijo nada y una persona firmó”.
Por su parte, el hospital confirmó que “la dirección ha sido informada” y reconoció “un error del cual asume la responsabilidad”. “La dirección está haciendo todo lo posible, con las autoridades competentes, para organizar una repatriación rápida”, indicaron en un comunicado de prensa del lunes 10 de marzo, precisando que “se ha iniciado una investigación administrativa para comprender las razones de tal incidente para que una situación como esta no pueda volver a ocurrir ”. “El establecimiento afronta esta situación sin precedentes con una fuerte carga emocional compartida por los equipos del servicio mortuorio que se encuentran muy afectados por ella“, subraya el comunicado.