
Es muy improbable que exista en el mundo alguna persona que nunca haya tenido en sus manos un bolígrafo Bic, o que al menos no sepa de su existencia. Los bolis Bic Cristal son bolígrafos económicos y sencillos que se producen a gran escala y son el tipo de bolígrafo más vendido del mundo. Su diseño, patentado formalmente por Marcel Bich en 1945, es considerado uno de los mejores de la historia, y han formado parte de los estuches de los niños y de las oficinas donde trabajan los adultos durante muchos años.
Según la propia página web de la empresa Bic, esta nació de manera “simple”, con una visión y un bolígrafo: “El objetivo era crear un producto que respondiera a la necesidad fundamental del consumidor de una herramienta de escritura suave y sin esfuerzo“. Sin embargo, el resultado fue mucho más allá, y la innovación de Bic hizo, según la empresa, que “el arte de escribir fuera accesible para todos”. Así, Bic continúa llevando la simplicidad por bandera, reinventando los productos esenciales y diseñando artículos que permanecerán para siempre en los hogares.

La historia del bolígrafo Bic Cristal y su inigualable diseño
La icónica marca Bic saltó a la fama en 1951 con la comercialización de su bolígrafo, cuyo simple diseño no ha evolucionado prácticamente desde el inicio y continúa siendo la seña de identidad de la empresa. Es considerado como el mejor bolígrafo del mundo teniendo en cuenta su diseño, su precio y su éxito, ya que Bic ha logrado, que cuando a una persona se le venga a la cabeza la imagen de un boli, piense en un bolígrafo Bic. De hecho, su diseño es tan icónico que, actualmente, es parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
El primer diseño del bolígrafo Bic fue inventado en 1938 por el periodista húngaro Ladislao Biró, quien estaba cansado de la escritura con tinta y pluma. Gracias a su hermano, que era químico, logró descubrir una tinta muy útil para escribir a mano, y tuvo la brillante idea de añadir una pequeña bola de acero en la punta para que esta no se atascase al escribir. Así, este primer boceto del bolígrafo fue perfeccionado y patentado oficialmente por Marcel Bich en 1945, tras la II Guerra Mundial.
La simplicidad en el diseño es el emblema del boli Bic. El diseño hexagonal del tubo está inspirado en los lápices de madera y ofrece tres puntos de agarre. Esto favorece la estabilidad al escribir, también gracias la pequeña bola en la punta. La tinta cae por el efecto de la gravedad, surtiendo a la pequeña bola que, al escribir, desliza sobre el papel y no atasca ni rompe la punta del boli.

El agujero en algunas tapas de los bolígrafos
El diseño simple del bolígrafo Bic ha perdurado en el tiempo e, inevitablemente, ha sido una fuente de inspiración para otros productos y artículos de escritura que surgieron posteriormente. El único componente del bolígrafo Bic que ha evolucionado mínimamente desde su creación es el tapón de propileno. A esta tapa de plástico se le añadió en 1991 un agujero en su parte superior, cuya utilidad ha sido aclarada por la empresa en su página web, tras muchas teorías e incógnitas.
Algunas de las teorías más difundidas sobre la utilidad de este agujero en la tapa tienen que ver con el compuesto de la tinta, evitando que se seque o que se desplace de manera más fluida. Sin embargo, la página web de la empresa Bic confirma que este agujerito sirve para regular la presión del tubo de tinta y, sobre todo, evitar ahogamientos: “Además de ayudar a prevenir que se produzcan fugas de tinta, todas nuestras tapas Bic cumplen con las normas de seguridad internacionales que tratan de minimizar los riesgos de que los niños se las traguen accidentalmente. Algunas de estas tapas, como la utilizada para el Bic Cristal, tienen un pequeño agujero en la parte superior para cumplir con las normas de seguridad existentes”.