Un hombre de 54 años asesinó a su hija de 16 años el pasado domingo con un fusil de caza y después se intentó suicidar con la misma arma. Según informó el fiscal de la República de Aix-en-Provence (Francia), Jean-Luc Blachon, el hombre se encuentra gravemente herido, aunque su estado de salud ha sido estabilizado. Según indican las autoridades, el agresor y su pareja estarían atravesando una separación conflictiva.
De acuerdo con los detalles proporcionados por el fiscal y recogidos por el medio La Provence, el hombre realizó una llamada a los servicios de emergencia el sábado por la tarde, cuando afirmó que su hija había sufrido “una caída por las escaleras”. Sin embargo, al llegar al lugar, los bomberos encontraron una escena completamente distinta: el cuerpo sin vida de la adolescente y el del padre, quien presentaba una herida grave autoinfligida con el mismo fusil de caza.
El fiscal Blachon explicó que el hombre, tras disparar contra su hija, habría intentado quitarse la vida, pero el intento de suicidio no fue fatal y las lesiones sufridas lo dejaron en estado crítico.
Una carta que revela las motivaciones del crimen
En el lugar de los hechos, las autoridades encontraron una carta escrita por el agresor, en la que explicaba las razones detrás de su acto. Según detalló el fiscal, el contenido de la misiva apunta a que el crimen ocurrió en el contexto de una separación difícil entre el hombre y su pareja, lo que habría sido el detonante de la tragedia que terminó con la vida de la joven.
Por el momento, no se han dado a conocer más detalles sobre la identidad de las víctimas ni sobre el contenido exacto de la carta encontrada en la escena. Las autoridades continúan trabajando para reconstruir los eventos que llevaron a este trágico desenlace y determinar si hubo otros factores que contribuyeron al crimen. El fiscal también subrayó que se trataba de una “familia ordinaria”, que no había estado previamente en el radar de las autoridades judiciales.
La violencia vicaria se agudiza en España
La violencia vicaria es una de las formas en las que se ejerce la violencia de género y se considera especialmente cruel porque el agresor es consciente del profundo daño que causa a la madre el daño o la muerte de sus seres queridos, en especial sus hijos, que al mismo tiempo se convierten en víctimas directas del maltratador.
La violencia vicaria en España alcanzó la cifra más alta junto a la que se registró en 2015. Según datos del ministerio de Igualdad, en 2024 fueron asesinados nueve menores, hijos e hijas de madres víctimas de sus parejas o exparejas, un dato que supone un aumento considerable respecto a los datos 2023 y 2022, que registraron dos asesinatos. Desde el año 2013, fueron asesinados 57 niños y niñas como causa directa de la violencia de género. Según la estadística del departamento que dirige Ana Redondo, en más del 70% de los casos de violencia machista de este año no existías denuncias.
