La víctima 225 de la DANA: una mujer con leucemia que necesitaba transfusiones periódicas y asistencia respiratoria diaria con oxígeno

Junto a ella fallecieron otras 224 personas el pasado 29 de octubre en sus casas, garajes o intentando salvarse como podían de las riadas

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Manifestación de los familiares fallecidos
Manifestación de los familiares fallecidos por la dana (REUTERS/Eva Manez)

La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja ha emitido este lunes dos nuevos autos, en los que, por una parte, ha citado a declarar como investigados en la causa por la DANA de Valencia a la exconsellera de Justicia y Emergencias Salomé Pradas Ten y al ex secretario autonómico de ese departamento Emilio Argüeso Torres.

A parte de esta decisión, otro de los puntos que destaca en estos nuevos escritos es el nuevo número de víctimas mortales por la DANA, ocurrida hace ya más de cuatro meses, que se ha elevado de 224 a 225.

La nueva víctima es una mujer que padecía de leucemia, enfermedad que requería de transfusiones periódicas y asistencia respiratoria diaria con oxígeno. Al quedarse sin dicha asistencia, fue ingresada en el Hospital La Fe, donde falleció el 12 de noviembre de 2024. Para la magistrada su fallecimiento ha sido consecuencia del paso de la gota fría por la Comunidad Valenciana.

Caos, miedo y desesperación

Junto a ella, murieron otras 224 personas el día 29 de octubre, que la jueza sigue investigando como presuntos homicidios.

D.R.S., de 70 años, se encontraba en su domicilio en Chiva junto a su marido y sus dos hijos. Uno de ellos salió a las 17:30 y al rato entró y le dijo a su madre: “vámonos de aquí, que bajaba mucha agua por todos los sitios y no sabemos de dónde viene”. Toda la familia salió de la casa y se subieron a las ventanas para evitar el agua.

A las 18.00 horas estaban enganchados a la ventana por la parte de fuera de la casa, y a las 18:15 o 18:30 horas, en cinco minutos, se los llevó el agua a los tres, a su marido y a sus dos hijos, y a los tres perros.

Enganchándose también intentaron sobrevivir J.Z. y Z.G., madre e hijo. A las 19:45 horas aproximadamente, ambos se encontraban en la tienda que regentaban, cuando la madre dijo que venía agua. El hijo contestó que no podía ser posible si no llovía. Tras no poder cerrar la persiana por el agua, intentó poner una madera para que no entrase, “pero hacían falta más maderas”.

Una furgoneta llegó flotando y se colocó en la entrada, lo que no les permitió salir. Con la subida del agua pudieron subirse encima del vehículo y se sujetaron en la rejilla de metal de la tienda con los pies en la furgoneta.

Cuando el agua movió la furgoneta, se quedaron enganchados con las manos de la rejilla y la madre solo aguantó unos segundos. El hijo la sujetó de la axila y fue con ella nadando hasta la esquina donde había un bar. En una de las ventanas, cogieron unas sábanas que tiró el dueño del primer piso, atadas al balcón, pero la furgoneta iba hacia ellos.

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J.Z. intentó que su madre subiera a un contenedor, pero no pudo, y sólo vio la mano de su madre fuera del agua. “El joven del primer piso ayudó a salvar a siete personas”.

E.T.A. también intentó ayudar a sus vecinos. El 29 de octubre se encontraba en su casa junto a sus dos hijos y a las 19:00 llegó su mujer. En ese momento se empezó a ir la luz, pese a que no llovía, y empezó a correr agua por la calle. “Cada vez más agua, coches circulando, pero flotando sin control y se oían gritos de la gente dentro de los coches pidiendo auxilio”.

El hombre era policía y decidió bajar a ayudar, sin coger su móvil ni documentación. Estaba en la entrada del garaje diciendo a los vecinos que dejaran el coche cuando una furgoneta movida por la tromba de agua le golpeó en la cabeza, y le empujó del garaje, donde falleció.

En un garaje también fallecieron M.C.E. y su esposa A.G.G. queriendo salvar su coche nuevo del agua, D.G.T.S. intentando alcanzar la puerta junto a otros siete vecinos o M.B. H. que fue arrastrada por las riadas al interior de uno mientras paseaba a su perro.

Ninguna de estas personas recibió el aviso de Emergencias, por lo que no tuvieron conocimiento de la gravedad de lo que estaba ocurriendo. Así queda claro en la última conversación que tuvo A.G.G. con su hija, en la que la segunda le preguntó, muy nerviosa, si era posible algún tipo de inundación en Benetússer. “La madre le dijo que estuviera tranquila, que era imposible que se inundara Benetússer, que si ocurriera algo, les avisaría”. “La hija tenía un teléfono Iphone, que no tenía avisos, el teléfono de su marido tampoco tenía ningún aviso”.