
A partir del 1 de enero de 2026, los vehículos que porten la etiqueta B de la Dirección General de Tráfico (DGT) enfrentarán importantes restricciones de circulación en varias ciudades de España. Estas limitaciones se enmarcan dentro de las medidas implementadas en las zonas de bajas emisiones (ZBE), cuyo objetivo principal es reducir los niveles de contaminación y mejorar la calidad del aire en los entornos urbanos.
Existen cuatro tipos de distintivo ambientales, cada una con un color representativo y debe ir pegada en la luna delantera del vehículo: Etiqueta 0 emisiones (Azul), etiqueta ECO (Azul y verde), etiqueta C (verde) y etiqueta B (amarilla). Los vehículos que no tienen distintivo se declaran un 50 % más contaminante pues no cumplen los requisitos para ser etiquetados como vehículos limpios.
De acuerdo con la normativa vigente, los vehículos con etiqueta B son aquellos que, aunque cumplen con ciertos estándares de emisiones, generan un impacto ambiental mayor en comparación con otros modelos más modernos. Esta categoría incluye, principalmente, automóviles de gasolina matriculados antes de 2006 y vehículos diésel registrados antes de 2014. Según detalló ABC, estas restricciones obligarán a los propietarios de estos coches a adaptarse a las nuevas normativas o considerar la adquisición de vehículos con etiquetas ambientales más eficientes, como la etiqueta C o la etiqueta ECO.
Madrid y otras ciudades lideran las restricciones
Madrid será una de las primeras ciudades en aplicar estas restricciones de manera más estricta. Además, las localidades de Cataluña con más de 50.000 habitantes también se sumarán a estas medidas, en cumplimiento de la Ley 7/2021 del Cambio Climático y Transición Energética. Esta legislación establece que las ciudades con una población superior a dicho umbral deben implementar ZBE para limitar la circulación de vehículos más contaminantes.
En Estepona, Málaga, los coches con este distintivo no podrán acceder a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) entre las 8:00 y las 21:00 horas. Situación similar se vive en algunas áreas del centro de Madrid, en la ZBEDEP (Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección), donde también se prohíbe la circulación de vehículos con etiqueta B.
Bilbao, por su parte, implementará restricciones a estos vehículos a partir de abril. La medida afectará a todos los coches con etiqueta B, salvo aquellos empadronados en la ciudad. Finalmente, en Getafe, Madrid, las restricciones comenzaron el 1 de enero de este año, con multas de hasta 200 euros para los infractores.
En este contexto, los automóviles con etiqueta B tendrán prohibido el acceso a ciertas áreas urbanas, especialmente en los centros de las ciudades, donde las restricciones serán más severas. Estas medidas forman parte de un esfuerzo más amplio para cumplir con los objetivos climáticos establecidos por la Unión Europea, que busca eliminar gradualmente los vehículos de combustión interna de las carreteras.
La transición hacia una movilidad más sostenible no se limita únicamente a las restricciones en las ZBE. La Unión Europea ha fijado como meta el año 2035 para prohibir la venta de vehículos nuevos que utilicen motores diésel o gasolina. Este plan tiene como objetivo que, para el año 2050, estos automóviles desaparezcan por completo de las carreteras europeas, contribuyendo así a la neutralidad climática.
En este sentido, los propietarios de vehículos con etiqueta B enfrentan un doble desafío: por un lado, las restricciones de circulación en las ciudades; por otro, la necesidad de adaptarse a un mercado automovilístico que avanza hacia la electrificación y la sostenibilidad.
Opciones para los propietarios de vehículos con etiqueta B
Aunque las restricciones son inminentes, existen alternativas para los propietarios de vehículos con etiqueta B que deseen mantener su movilidad en las ciudades. Algunos automóviles de gasolina matriculados antes de 2006 podrían optar a la etiqueta C, siempre y cuando cumplan con la normativa Euro 4 o superior. Para ello, los propietarios deben certificar que el motor de su vehículo cumple con los requisitos necesarios y solicitar la nueva etiqueta ambiental.

Esta posibilidad ofrece una solución temporal para aquellos que no desean adquirir un vehículo nuevo, aunque no elimina la necesidad de adaptarse a las normativas futuras. En cualquier caso, el medio subrayó que la tendencia apunta hacia una renovación del parque automovilístico en favor de modelos más sostenibles y menos contaminantes.
Para cambiar de etiqueta, habrá que abonar una pequeña tasa (9 euros) por la gestión. La DGT remitirá en más o menos una semana la nueva etiqueta C. Esta se deberá recoger en correos y pagar otros 6 euros.
Las restricciones a los vehículos con etiqueta B forman parte de un esfuerzo más amplio para transformar la movilidad urbana en España. Las ZBE no solo buscan reducir las emisiones de gases contaminantes, sino también fomentar el uso de alternativas de transporte más limpias, como los vehículos eléctricos, el transporte público y los medios de movilidad activa, como bicicletas y patinetes.
Además, estas medidas tienen un impacto directo en la calidad del aire, especialmente en las grandes ciudades, donde la contaminación atmosférica representa un problema de salud pública. Al limitar la circulación de vehículos más contaminantes, se espera una reducción significativa en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión, dos de los principales contaminantes asociados al tráfico rodado.