
Solicitar una reserva a menú cerrado supone, automáticamente, asumir un compromiso con el restaurante. Más que nada, porque implica la preparación de la comida con antelación para sacarla casi de inmediato una vez lleguen al local los comensales.
Por esto mismo, si se tiene una reserva y, por un motivo u otro, no se puede acudir, lo suyo sería avisar con la suficiente antelación para que el restaurante no empiece a preparar la comida y evitar tanto posibles pérdidas económicas como el derroche de alimentos. No todo el mundo lo tiene en cuenta: recientemente, el restaurante Il Ciliego, en San Desiderio (Italia), tuvo que enfrentarse a una reserva de 21 personas - la mitad de la capacidad del restaurante - de las que no se presentó ni una.
Reservar para 21 personas y que no se presente ni una
De acuerdo con el medio italiano Genova Today, no hubo siquiera una llamada de aviso para el restaurante, lo que dejó la mitad del local vacío y la comida preparada.
Debido a esto, el restaurante ha cambiado las normas para reservar, avisando a sus clientes en un comunicado emitido a través de su perfil de Facebook en el que también lamentan la situación: “Dirigir un negocio de restauración implica trabajar duro para ofrecer un servicio de calidad, comprar y procesar materias primas y organizar el personal y los espacios en función de las reservas recibidas”, explican.
“Desgraciadamente, hoy hemos sufrido un grave daño: varias familias (para un total de 21 personas, casi la mitad de las plazas disponibles en nuestra ubicación de invierno) no se han presentado sin avisar, dejando mesas vacías y comida ya preparada. Esta falta de respeto no sólo nos perjudica a nosotros, sino también a nuestro personal de servicio, que tuvo que volver a casa antes de tiempo, y sobre todo a otras familias que querían almorzar en la Granja y a las que tuvimos que rechazar porque no había sitio”.

No sólo no hubo quien pagase por la comida preparada, sino que no tuvieron la opción de compensar esta ausencia sirviendo a más clientes. El golpe fue tan duro que el restaurante decidió presentar una denuncia. En particular, acusan a los responsables de fraude, de interrupción del servicio público o alteración del funcionamiento del negocio, y de incumplimiento del contrato. Sin embargo, no solicitan ninguna indemnización, sino que buscan que sirva como precedente: “Hemos decidido presentar una demanda ante los Carabineros para denunciar este comportamiento indebido. Aunque no pedimos una indemnización, queremos que no se repitan episodios similares”.
Debido a la situación vivida, el restaurante ha cambiado las normas de reserva. Sus nuevas medidas incluyen el pago de un depósito por adelantado para grupos de más de 6 personas y el que toda persona que reserve y no avise si no va a acudir al restaurante sea reportada y se le arrebate la posibilidad de volver a reservar. Seguramente apliquen alguna otra, de acuerdo con su publicación de Facebook: “Estamos evaluando otras acciones para proteger nuestro negocio y el respeto mutuo. Invitamos a todos a ser responsables”, concluyen, “basta una llamada telefónica para evitar desperdicios y problemas”.