
Los pasajeros del vuelo de Iberia que cubría la ruta entre Düsseldorf y Madrid el pasado 8 de marzo fueron testigos de un momento inusual y profundamente conmovedor. Durante el trayecto, el comandante Nacho Sobremazas, que el pasado 21 de febrero fue picado por una tarántula en pleno vuelo, interrumpió el habitual mensaje informativo para dedicar unas palabras a un compañero que enfrenta la batalla más difícil de su vida, según ha informado La Voz de Galicia.
“Mi nombre es Nacho Sobremazas y hoy yo debería hablar sobre el tiempo que hace en Madrid, sobre la hora estimada de aterrizaje, pero no voy a hacer eso”, comenzó diciendo el piloto por el altavoz de la cabina. “Ya les digo que vamos a llegar antes de hora, que está el día triste en Madrid, que está un poquito de lluvia y que hace 12 grados. Pero es que quiero hacer una cosa especial hoy”.
A 35.000 pies de altitud, Sobremazas quiso rendir homenaje a Mario, un expiloto de la compañía que, tras años surcando los cielos, hoy libra una batalla en tierra firme contra un triple cáncer. Su mensaje, más que una despedida, fue un canto a la resistencia y al valor de seguir adelante.
“Aquí hay una persona que era comandante de esta compañía y que ya no está volando con nosotros porque se está enfrentando a la batalla más difícil de su vida”, explicó. “Y yo me imagino que en este avión, pues casi todos ustedes conocen a alguien que está encarando esa batalla. Y yo estoy ahora a 35.000 pies y no se me ocurre nada mejor que haber escrito aquí y dedicarle a mi compañero, pues un mensaje en nombre mío y de todos mis compañeros de Iberia”.
El comandante subrayó la importancia del apoyo en los momentos más difíciles. “Todos necesitamos que cuando encaramos momentos muy difíciles la gente esté con nosotros, que alguien esté delante, detrás, al lado, pero que esté”, dijo con voz firme pero cargada de emoción.
“A veces un hombre se enfrenta a los límites”
Acto seguido, Sobremazas compartió un texto que había preparado para su compañero, en el que reflexionó sobre la lucha contra la adversidad y la necesidad de aferrarse a la vida con determinación. “A veces un hombre se enfrenta a los límites, se levanta para encararlos cada día y, como compañero constante, el miedo tomará tu mano y te llevará al borde del precipicio”, leyó. “Se alimentará de tu vértigo. Pondrá tus pies justo en el lugar donde sucede la caída. Ese lugar exacto donde hay todo un derrumbamiento esperándote”.
En su discurso, el piloto habló del esfuerzo diario por seguir adelante, del agotamiento que conlleva la enfermedad, pero también de la vitalidad que surge de la lucha. “Y hay veces que un hombre casi no puede respirar, ensanchando sus pulmones para absorber cada molécula de aire. Y es por eso que está más vivo que nunca”, expresó. “Dando vida a los sueños de los que ama, despertando las conciencias del acomodado mundo que ya no mira más que su propio círculo de intereses”.
Finalmente, el mensaje se convirtió en un recordatorio de la importancia de no rendirse, de continuar enfrentando la vida con esperanza y determinación. “Que nunca sueñes solo con lo que ves para que nunca dejes de mirar solo el sueño. Que nunca se cansen de mirarte. Que nunca se cansen de abrazarte. Que nunca dejes de sorprenderte. Porque eso es lo que nos mantiene vivos”, dijo el comandante. Y cerró con una frase que resonó en la cabina: “Mira la vida con fuerza y jamás digas quería, sino quiero. Y recuerda que hoy ni es mañana ni ayer. Hoy es siempre. Te queremos, Mario”.