
El cepillo de dientes es una herramienta esencial para la higiene bucal, pero muchas personas desconocen la importancia de guardarlo correctamente para evitar la proliferación de bacterias y hongos. Según advierte una dentista (conocida en redes como @clinicajanirasanchez), la manera en que se almacena puede marcar la diferencia entre una limpieza eficaz y un posible foco de contaminación.
Uno de los errores más comunes es el uso de capuchones sin ventilación. Aunque podría parecer que protegen el cepillo de agentes externos, en realidad pueden favorecer el crecimiento de microorganismos. “Mucha gente cree que el capuchón les protege contra las bacterias, pero la humedad que queda atrapada dentro favorece que crezcan más hongos y bacterias”, explica la especialista.
Cómo guardar el cepillo para protegerlo de las bacterias
Para reducir el riesgo de contaminación, la mejor opción es guardar el cepillo sin capuchón en un armario cerrado, en posición vertical y sin contacto con otros cepillos. Esta práctica evita la exposición directa al aire del baño, donde pueden circular bacterias provenientes del inodoro o de la humedad general del ambiente.
No obstante, en el caso de que se prefiera utilizar esta tapa, la profesional recomienda que este sea ventilado y que el cepillo esté completamente seco antes de cubrirlo. De lo contrario, el ambiente cerrado y húmedo dentro del capuchón podría convertirse en un caldo de cultivo para microorganismos no deseados.
Otros consejos para mantener el cepillo libre de bacterias

Para evitar contaminaciones y mantener el cepillo de dientes en condiciones óptimas también se deberían seguir estas pautas:
- Desinfectar el cepillo de forma regular: sumergir las cerdas en enjuague bucal antibacteriano o en una mezcla de agua con vinagre durante unos minutos puede ayudar a reducir la proliferación de microorganismos.
- No compartir el vaso o soporte del cepillo: si usas un portacepillos compartido, asegúrate de que cada cepillo tenga su propio espacio para evitar el contacto con otros.
- Usar luz ultravioleta para la desinfección: existen dispositivos de desinfección con luz UV que eliminan bacterias y hongos de las cerdas del cepillo de manera efectiva.
- Lavarse bien las manos antes de cepillarse: las manos acumulan gérmenes a lo largo del día, por lo que lavarlas antes de tocar el cepillo evita transferir bacterias innecesarias.
- No apoyar el cepillo en superficies húmedas: Dejar el cepillo sobre el lavabo o una encimera mojada puede favorecer la proliferación de bacterias. Es mejor utilizar un soporte seco y limpio.
- Evitar el uso de agua caliente en las cerdas: aunque pueda parecer una forma de desinfectar, el agua caliente puede deformar las cerdas y reducir la eficacia del cepillo.
- Transportarlo correctamente en los viajes: usar estuches transpirables o con ventilación ayuda a evitar que la humedad quede atrapada durante el transporte.
- Evitar mojar el mango del cepillo: aunque solemos centrarnos en la limpieza de las cerdas, el mango del cepillo también puede acumular bacterias si se mantiene húmedo. Asegúrate de secarlo bien después de cada uso para reducir la proliferación de microorganismos.
- No almacenarlo en estuches herméticos por largos períodos: si bien los estuches cerrados pueden ser útiles para viajes cortos, almacenarlo así durante mucho tiempo fomenta la acumulación de humedad y bacterias.