Los problemas en los entornos familiares siempre son complicados de tratar y resolver. Cuando se da en los hogares con segundas parejas o hijos de solo de una de las partes, siempre está el miedo de que un lado no acepte al otro. Pero la situación de esta mujer está por encima de los problemas de la media.
Busca el consejo de la autora Annie Lane, en un consultorio que recoge The Oregonian. La protagonista de esta carta tiene que enfrentarse a la difícil situación de no confiar en su hijastro. Esta tesitura se ha extendido durante años, hasta llegar a su edad adulta. Su testimonio es impactante y demuestra la complicada circunstancia que vive día a día.
La difícil relación con su hijastro
Comienza su relato explicando que su matrimonio supera las dos décadas, con 23 años de casados. A pesar del amor mutuo que siente con su marido, la relación con su hijastro nunca ha sido buena y con los años solo ha empeorado.
Con 31 años, el hijo de su marido ha pasado por prisión y se encuentra bajo arresto domiciliario. La narradora de la historia explica que su hijastro ha tenido malas formas de tratar a varias mujeres con las que ha tenido una relación. Su miedo es que esta manera de actuar se extienda al trato hacia ella.
Además, cuenta un episodio en el que habría pillado al hijo de su marido revisando su bolso. Ante su evidente enfado por encontrarlo buscando entre sus pertenencias, él tan solo tuvo un amago de disculpa por teléfono, lo que ella no aceptó.
“Tuve que instalar cámaras de seguridad”
La mujer explica que su marido se niega a ver los problemas de su hijo, pues desea que ambos tengan una buena relación. Esto ha hecho que tengan que seguir conviviendo, y acabe desarrollando una sensación de inseguridad en su propia casa.
“La tensión es insoportable; no tengo paz en casa y siento ganas de desconectarme emocionalmente solo para sobrellevar la situación”, afirma en un momento de su escrito. Esta sensación ha terminado por empujarle a instalar cámaras de seguridad en la casa.
Con un sistema de seguridad espera poder garantizar que su hijastro no se atreverá a tener un comportamiento violento con ella. Nunca ha existido un vínculo entre ambos, y con los años y la experiencia vivida todo se ha vuelto todavía más complicado.
La respuesta de Annie
La autora ha sido tajante en su consejo a esta mujer. “Usted no tiene un problema con su hijastro, sino con su marido”, afirma al principio de su contestación. Considera que es el marido el que debería poner los límites a su hijo y exigirle un buen comportamiento con su madrastra.
“Habla seriamente con tu marido. Déjale en claro que ya no tolerarás que te falten al respeto”, continúa Annie. De lo contrario, le aconseja que quizás debería replantearse su relación amorosa. “Tu hogar debe ser tu santuario, no un campo de batalla. Toma el control de tu paz”, sentencia Annie.
