Nuevos cazas, tanques más modernos y otros dos portaaviones: los proyectos del Ejército que podrían ver la luz con una mayor inversión en defensa

Ahora que el Gobierno está decido, presiones mediante, a pisar el acelerador del gasto militar, varios son los programas armamentísticos que podrían materializarse. Cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas tienen proyectos pendientes

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Buque LHD Juan Carlos I
Buque LHD Juan Carlos I (EMAD)

Pese a no concretar cómo ni cuándo, Pedro Sánchez ha asegurado que la inversión militar española alcanzará el tan mentado 2% del PIB antes de lo previsto. A la espera de que el Gobierno de más detalles sobre sus nuevos planes a lo largo de los próximos días, y de cara a la reunión que mantendrá el jueves con los distintos grupos políticos (excepto Vox), lo único seguro es que España, presionado tanto por la OTAN como por la UE, ha desterrado la idea de incrementar el presupuesto de defensa de manera progresiva con 2029 como horizonte y, en cambio, se apresurará a destinar más dinero a las Fuerzas Armadas, que ya comienzan a desempolvar los proyectos que, hasta ahora, permanecían guardados en un cajón.

Uno de esos programas que, desde hace tiempo, esperan el visto bueno del Ministerio de Defensa es la renovación de los cazas de la 9º Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves: los AV-8B Harrier II. Se trata de los aviones de combate que la Armada despliega desde el LHD Juan Carlos I, el único portaaeronaves que posee España. Los Harrier, que fueron incorporados hace 40 años allá por la década de los ‘80, se encuentran próximos al fin de su vida útil y su baja está prevista para 2030.

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Estos aviones destacan por su capacidad de despegue y aterrizaje vertical, fundamental para poder operar a bordo del Juan Carlos I. En la actualidad, el único capaz de replicar esta característica es la versión naval del F-35, siempre señalado como el sustituto natural del Harrier en la Armada. No obstante, desde el departamento de Margarita Robles, reacio a comprar material militar que no sea de origen nacional o, en su defecto, europeo, no terminan por digerir al caza estadounidense. A esto se suma la reticencia del Ejército del Aire para con este avión, dado que desde Defensa han confeccionado un programa para adquirir un mismo avión como reemplazo de los Harrier y parte de la flota de los F-18 de la fuerza aérea.

Harrier despegando de la cubierta
Harrier despegando de la cubierta del buque Juan Carlos I (Armada española)

Estrechamente relacionado con lo anterior está otro de los propósitos que tiene la Armada para la próxima década: contar con más portaaviones. De acuerdo a los planes revelados por la propia fuerza naval durante la celebración de una feria armamentística en Chile, hacia 2028 debería lanzarse un programa para la construcción de otros dos buques anfibios portaaeronaves, como el LHD Juan Carlos I. Este proyecto no solo implicaría reemplazar al actual buque insignia de la Armada sino también incrementar su proyección estratégica al contar con una unidad más. En este sentido, de nada serviría tener más portaaviones si no se tiene cazas u otro tipo de aeronaves que despeguen desde ellos.

Modernización de los ‘Leopard’ y nuevos misiles

Por su parte, El Ejército de Tierra ya sabe qué tanque quiere para reforzar sus unidades acorazadas: el Leopard 2A8. Este carro de combate, aún en desarrollo por parte de la empresa KNDS, conformada por las antiguas KMW de Alemania y Nexter de Francia, está basado en la versión 2A7+, la más moderna hasta la fecha, pero con varias mejoras técnicas y tecnológicas. De acuerdo a su fabricante, el blindado destaca, por ejemplo, por su blindaje multicapa que combina acero de alta dureza, tungsteno, plástico y componentes cerámicos.

Tanques Leopard 2A7+ (KNDS)
Tanques Leopard 2A7+ (KNDS)

El Ejército desea este tanque para reemplazar su flota de carros de combate Leopard 2A4, compuesta actualmente por 80 vehículos después de que Defensa haya donado 29 de ellos al Gobierno ucraniano, para hacer frente a la invasión por parte de Rusia. El grueso de los 2A4, alrededor de 40, están destinados a las comandancias de Ceuta y Melilla, mientras que cerca de una docena se utilizan para adiestramientos en el campo de maniobras de San Gregorio, en Zaragoza. Aproximadamente 25 de estos tanques se encuentran almacenados y fuera de servicio en las instalaciones que Tierra posee en el barrio zaragozano de Casetas.

Otros de los proyectos que también podrían ver la luz ahora que desde La Moncloa buscan acelerar la inversión en defensa es la compra de misiles Brimstone 3. El Ejército del Aire quiere dotar con este armamento a sus nuevos cazas Eurofighter y jubilar así sus actuales misiles Maverick. A finales de 2022, el Gobierno dio luz verde a un presupuesto de 43 millones de euros para la adquisición de este proyectil autopropulsado fabricado por la empresa francesa MBDA, pero desde entonces la cartera de Robles no ha cerrado ningún acuerdo con la compañía ni concretado la cantidad de munición a incorporar.

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