
A día de hoy la oferta es muy amplia. Las aerolíneas promocionan descuentos e internet y las agencias de viajes se encargan de presentar opciones económicas para un viaje internacional. Así, la posibilidad de conocer nuevos lugares a bajo precio hace que cada vez sean más los que conozcan cada año un nuevo país.
Y la emoción de los preparativos es siempre la misma: primero se reserva el alojamiento, después se hace una ruta para visitar los lugares de interés y, para terminar, se elabora un listado con bares y restaurantes típicos de cada sitio.
Sin embargo, y aunque puede parecer que no hay margen para lo negativo, lo cierto es que existe la posibilidad que durante el viaje surjan inconvenientes. Puedes ponerte enfermo, puedes quedarte sin tu medicación habitual o sufrir una caída y hacerte un esguince o una rotura de pie. Por ello, para evitar sufrir más de la cuenta en este tipo de situaciones, es importante contratar un seguro de viaje.

Qué cubre un seguro de viaje
Un seguro de viaje cubre imprevistos que pueden surgir durante un desplazamiento, como asistencia médica por enfermedad o accidente, gastos de hospitalización, repatriación sanitaria y responsabilidad civil. También suele incluir indemnización por cancelación del viaje, pérdida o robo de equipaje y retrasos en vuelos. Algunas pólizas ofrecen cobertura ante desastres naturales, problemas legales o emergencias en el destino. La cobertura varía según la aseguradora y el plan contratado, por lo que es recomendable revisar las condiciones antes de viajar.
Qué pasa si viajas sin seguro de viaje
Viajar sin seguro de viaje puede parecer una forma de ahorrar dinero, pero en caso de imprevistos, las consecuencias económicas pueden ser elevadas.
En este sentido, uno de los mayores riesgos de viajar sin seguro es la falta de cobertura médica. En países como Estados Unidos o Suiza, una simple consulta médica puede costar cientos de euros, mientras que una hospitalización puede superar los 10.000 €. Si necesitas una evacuación médica o repatriación sanitaria, los costos pueden alcanzar los 50.000 € o más.
Por otro lado, si tu vuelo es cancelado o retrasado y no cuentas con un seguro que cubra estos imprevistos, podrías tener que asumir algunos costos adicionales como un nuevo billete de avión, noches de hotel imprevistas y gastos de alimentación. De igual forma, si eres víctima de robo o pierdes el equipaje y no cuentas con un seguro médico, tendrás que reponer de tu bolsillo todas tus pertenencias.
Por último, en casos extremos, si sufres un accidente grave o falleces en el extranjero, los costos de repatriación pueden ser desorbitados. Transportar un cuerpo de regreso a su país de origen puede costar entre 3.000 y 20.000 €.
Qué países obligan a contratar un seguro de viaje
Algunos países exigen la contratación de un seguro de viaje como requisito para ingresar a su territorio. En Cuba, esta medida es obligatoria desde 2010 e incluye la cobertura de gastos médicos, asistencia y repatriación. Ecuador también requiere un seguro médico que cubra toda la estancia, incluyendo asistencia sanitaria y repatriación. En Rusia, es necesario contar con una póliza que garantice atención médica y repatriación para obtener el visado de entrada. Argelia e Irán imponen requisitos similares, exigiendo una cobertura sanitaria completa. Además, los países del espacio Schengen exigen a ciudadanos de fuera de este territorio un seguro con una cobertura mínima de 30.000 euros que incluya asistencia médica y repatriación.