
El trastorno de despersonalización-desrealización es una afección psicológica en la que una persona experimenta episodios recurrentes o persistentes de sentirse desconectada de sí misma o del entorno que la rodea. Estas experiencias pueden ser perturbadoras y afectar significativamente la calidad de vida de quienes las padecen.
Aunque muchas personas pueden tener episodios ocasionales de despersonalización o desrealización sin desarrollar un trastorno, cuando estas sensaciones se vuelven persistentes o interfieren con la vida diaria, se considera una condición clínica que requiere tratamiento.
Como explica la Clínica Mayo, este trastorno se caracteriza por la presencia de dos tipos principales de síntomas: despersonalización y desrealización. La despersonalización se refiere a la sensación de estar separado del propio cuerpo, pensamientos o emociones. Las personas que la experimentan pueden sentir que están observándose a sí mismas desde afuera, como si fueran espectadores de su propia vida. También pueden percibir que sus movimientos y palabras no están bajo su control o que están funcionando en “piloto automático”, sin emociones genuinas. A menudo, describen sentirse como si fueran un robot o como si estuvieran flotando fuera de su cuerpo.
Por otro lado, la desrealización se relaciona con la percepción alterada del entorno. Quienes la experimentan pueden sentir que el mundo a su alrededor parece irreal, borroso o artificial. Pueden notar que los objetos o las personas parecen distantes, como si estuvieran viendo todo a través de un velo o de una película. Los sonidos pueden parecer distorsionados y el tiempo puede sentirse acelerado o ralentizado.
Ambas experiencias pueden presentarse juntas o por separado y, aunque quienes las padecen pueden sentirse desconectados de la realidad, no pierden la capacidad de reconocer lo que sucede a su alrededor. Es decir, son conscientes de que sus percepciones son alteradas, lo que diferencia este trastorno de otras afecciones psicóticas.
Causas y factores de riesgo
No se conoce una única causa del trastorno de despersonalización-desrealización, pero se cree que varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Entre ellos, se encuentran haber sufrido estrés o traumas intensos, trastornos de ansiedad y depresión, el consumo de ciertas drogas o factores neurólogicos.
Según la Clínica Mayo, el diagnóstico de este trastorno se basa en una evaluación clínica realizada por un profesional de la salud mental. Se examinan los síntomas, la duración y la intensidad de los episodios, así como su impacto en la vida cotidiana del paciente. También es fundamental descartar otras condiciones médicas o psiquiátricas, como esquizofrenia, trastornos disociativos más graves o efectos secundarios de medicamentos o drogas.
Para que se considere un trastorno de despersonalización-desrealización, los síntomas deben ser persistentes o recurrentes, y no deben ser atribuibles a una enfermedad física, neurológica o el uso de sustancias.
Cómo se trata el trastorno de despersonalización
El tratamiento principal para esta afección es la psicoterapia, siendo la terapia cognitivo-conductual una de las más eficaces. Este enfoque terapéutico ayuda a los pacientes a identificar y modificar los patrones de pensamiento que contribuyen a su desconexión de la realidad. También les enseña estrategias para afrontar el estrés y reducir la ansiedad, que suelen estar relacionadas con los episodios de despersonalización y desrealización.
En algunos casos, el uso de medicación puede ser recomendado para tratar síntomas específicos, como la ansiedad o la depresión asociadas. Aunque no existe un medicamento específico aprobado para este trastorno, algunos antidepresivos o ansiolíticos pueden ser útiles en ciertos pacientes.