
La Unión Europea no encuentra unidad a la hora de decidir qué hacer con los 210.000 millones de euros de activos rusos congelados en Europa desde el inicio invasión de Rusia a Ucrania, a falta de tres meses para que expire el plazo de inmovilización. Algunos países, como Polonia, mantienen desde hace meses que ese dinero podría utilizarse, por ejemplo, para garantizar los préstamos de ayuda a Ucrania, y esta opción podría rescatarse en la cumbre extraordinaria sobre el rearme europeo que los Veintisiete celebran este jueves.
Según informaciones adelantadas por Politico y Finantial Times, Francia y Alemania, que inicialmente estaban en contra de confiscar la totalidad de los fondos, estarían ahora discutiendo en privado utilizar ese dinero en el caso de que Rusia violase un futuro alto el fuego, aunque todavía existen muchas dudas sobre si confiscar fondos soberanos violaría el derecho internacional.
La medida de incorporar este dinero a las negociaciones de paz contaría con el beneplácito de los países nórdicos y balcánicos —los más próximos a Rusia—, además del líder ucraniano Volodímir Zelenski. Sin embargo, fuentes comunitarias consultadas por Infobae España mantienen que esta idea, a estas alturas, “no es madura”.
De congelar a confiscar
El debate sobre cómo podría utilizarse ese dinero genera tensiones con otras potencias como Reino Unido, que ha asumido junto a París el liderazgo para lograr una paz en Ucrania después de ser ninguneada por Washington. “No es sencillo, pero creo que tenemos que hacer más, y estamos trabajando más para analizar cuáles son las posibilidades, al menos junto con otros países”, señaló el primer ministro británico, Keir Starmer.
El ministro de asuntos exteriores británico, David Lammy, decidió ir más lejos y endurecer la postura de Londres: “Europa tiene que actuar rápidamente, y creo que deberíamos pasar de congelar activos a incautar activos”, indicó al Parlamento británico a finales de febrero. Según Finantial Times, la decisión de Donald Trump de congelar la ayuda estadounidense a Ucrania habría dado fuerza al bando de los defensores de confiscar los activos, que van ganando poco a poco aliados europeos. Infobae España ha preguntado al Gobierno de España si apoyarían esta medida, pero en el momento de publicación de esta pieza no ha obtenido respuesta.
Poco después de que Moscú invadiera a su vecino en febrero de 2022 , el G7 —el grupo de las siete grandes economías capitalistas al que pertenecen Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos— inmovilizó unos 300.000 millones de dólares (más de 280.000 millones de euros) de activos procedentes del Banco Central ruso. La mayoría de ellos, 210.000 millones de euros, están en Europa, depositados en la institución financiera Euroclear, con sede en Bruselas.
En mayo de 2024, el Consejo (los líderes de los Veintisiete) dio luz verde al uso de los ingresos extraordinarios procedentes de los activos rusos inmovilizados, estimados en 2.000 y 3.500 euros anuales. Acordaron que el 90% de los beneficios iría a un Fondo para financiar a la ayuda militar y humanitaria en Ucrania, mientras que el 10% restante iría destinado a las tareas de reconstrucción.
La situación de Ucrania se agravó en esos meses y los líderes del G7 se reunieron un mes más tarde en el norte de Italia. Al finalizar la cumbre firmaron un compromiso para emitir créditos por hasta 50.000 millones de dólares (unos 45.000 millones de euros), que iría destinado a proporcionar a Kiev ayuda inmediata y sería financiado con los beneficios extraordinarios de los activos rusos.
El plan de Von der Leyen y el debate de las tropas de paz
Otro de los debates sobre la mesa será el despliegue de tropas de paz en Ucrania. La ejecución de este plan, de llegar a buen puerto, englobará a países de fuera de la UE como Reino Unido. Pero, en clave comunitaria, aquí también hay dos bandos, el liderado por Francia y Reino Unido, que lo aprueba, y al que pertenecerían países como España, que lo consideran prematuro mientras siga la guerra. Se dar por descontado que Hungría y Eslovaquia, dos países con simpatía con el Kremlin, rechazan esta idea.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, trasladó a los líderes de los Veintisiete un plan para rearmar Europa en el que planteó movilizar 150.000 millones de euros en préstamos y 650.000 millones de euros en gasto nacional en Defensa, pero la manera de financiación será discutida este jueves, con la idea de la deuda común ganando fuerza. Los líderes esperan también qué postura adoptará el nuevo gobierno de Alemania, con la llegada de Friedrich Merz, que da a entender que quiere empezar a liderar las conversaciones europeas. Por el momento, ya ha anunciado un fondo especial para Defensa de 500.000 millones de euros, además de reformar sus leyes de límite a la deuda pública.