
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró en 1975 el año Internacional de las Mujeres y que el 8 de marzo sería el Día de la mujer en todo el mundo, una fecha en la que se reivindica la igualdad de género y se conmemora la lucha por eliminar toda forma de discriminación, ya sea en el ámbito social, político, laboral, económico o cultural.
En España, bajo la dictadura franquista, las mujeres perdieron los derechos que habían conquistado en la Segunda República y no fue hasta 1975, apenas unos meses antes de la muerte del dictador Francisco Franco, cuando se dieron los primeros cambios en materia de igualdad con la derogación del permiso marital -la autorización que la mujer necesitaba de su esposo para trabajar, abrir una cuenta o sacarse el carnet de conducir-, lo que les permitió a las mujeres casadas acceder libremente al mercado de laboral.
De hecho, en España la primera manifestación legal del 8M tras la muerte de Franco se produjo en 1978, si bien a lo largo de la Transición las mujeres fueron recuperando derechos: se despenalizó el adulterio y se legalizó el divorcio. En 1985 el Gobierno despenalizó el aborto en tres supuestos (violación, riesgo para la salud de la madre y malformación fetal), aunque no fue hasta el año 2010 cuando la ley permitió interrumpir el embarazo sin necesidad de justificación hasta la semana 14 de gestación.
Ya en los años 90 y principios de los 2000, las reivindicaciones del movimiento feminista se enfocaron principalmente en combatir los malos tratos contra las mujeres, de forma que en 2004 se aprueba la Ley integral contra la Violencia de Género, una norma que por primera vez reconocía de forma explícita este tipo de violencia como una violación de los derechos humanos y establecía medidas para proteger a las víctimas y perseguir a los agresores.
Pero los avances más destacados en España en materia de igualdad se han producido en estos últimos años, entre los que figuran el Pacto contra la Violencia de Género -recientemente renovado-, la ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia, la ley del “solo sí es sí”, que ha creado un amplio paraguas de protección para las víctimas de violencia sexual o la ley trans, que avala la autodeterminación de género e introduce otros avances para la comunidad LGTBI.
En ese sentido, la socióloga Carmen Ruiz Repullo, profesora en la Universidad de Granada, destaca el avance que se ha logrado “en la parte legislativa y normativa” y valora positivamente que el Congreso haya aprobado una nueva hoja de ruta para combatir todas las violencias contra las mujeres en los próximos cinco años a través de ese pacto de Estado. Sin embargo, también cree que ahora uno de los principales retos “es la implementación de la normativa y de la legislación, pues aún hay incluso aspectos de la ley de 2004 sin implementar”, e insiste en la importancia de aplicar políticas de prevención que sean “realmente transformadoras”, lo que incluye aplicar medidas en los centros educativos, los centros de salud y servicios sociales.

La socióloga también considera fundamental mejorar el acompañamiento a las víctimas de violencia de género y que puedan ser reparadas del daño sufrido. “Aún es necesaria la formación de profesionales en todos los ámbitos y revisar el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén, pese a que ha sido renovado recientemente), así como trabajar más en los temas relativos a la infancia y la violencia vicaria", dice a Infobae España. También reclama un funcionamiento pleno de los centros de crisis 24 horas" para atender a las víctimas de violencia sexual", como establece la ley, pues aunque actualmente hay 53 dispositivos abiertos en todo el país, algunos no cumplen todos los requisitos exigidos, como que operen 24 horas al día los 365 días del año, que presten un servicio de atención psicológica, jurídica y social de calidad y que haya un acompañamiento a las víctimas.
Otro de los retos aún pendientes es, en opinión de Ruiz Repullo, mejorar la corresponsabilidad y la conciliación, pues las mujeres siguen siendo las grandes sostenedoras de los cuidados.
Desigualdad, discriminación y violencia
Algunos datos que muestran cómo la desigualdad entre mujeres y hombres sigue siendo una realidad pese a los avances se pueden observar en el ámbito laboral, ya que el salario medio de las mujeres en 2023, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), fue 2.063 euros brutos mientras que el de los hombres alcanzó los 2.467 euros. Además, los hombres tuvieron una mayor concentración relativa en salarios altos que las mujeres, de forma que el 34% ingresó 2.548 euros o más en 2023, frente al 25,7% de las mujeres y, sin embargo, en los salarios bajos ocurrió al contrario: el 39,7% de las mujeres tuvo un salario inferior a 1.534,7 euros, frente al 21% de los varones.
En lo laboral las mujeres también menos posibilidades de progresar en su carrera profesional al estar condicionadas por la maternidad y sufren más el desempleo que los hombres, según la Encuesta de Población Activa del INE del último cuatrimestre de 2024, que indica que la tasa de paro femenina se sitúa en el 11,8% frente al 9,5% en el caso de los varones.
También son las mujeres quienes normalmente asumen el trabajo de cuidados no remunerado, de forma que, según datos del CIS, ellas dedican de media al cuidado de los hijos cerca de 7 horas al día, casi el doble de tiempo que los hombres. En cuanto a las tareas del hogar, las mujeres dedican casi 3 horas de media frente a las 2 que emplean ellos.
Asesinatos machistas
Por otro lado, lejos de desaparecer, la violencia machista sigue siendo una realidad muy presente que afecta a miles de mujeres en el país. Desde 2003 un total de 1.296 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas y dos de esos crímenes se han producido en lo que va de año. También son muchas las mujeres afectadas por otras formas de maltrato y abuso que tratan igualmente de controlarlas, acosarlas y humillarlas, como son la violencia psicológica, la física, la sexual o la económica.

Manifestaciones en todo el territorio
Por todos esos motivos, las mujeres marcharán el sábado 8 de marzo en las diferentes manifestaciones convocadas en todo el país. En algunos casos como Madrid, el movimiento feminista volverá a salir a las calles dividido debido principalmente a los diferentes puntos de vista sobre la Ley trans y la abolición de la prostitución, además de otros choques internos y políticos, de forma que la Comisión 8M ha convocado una manifestación bajo el lema ‘Feministas antirracistas, ¡a las calles' Nos va la vida en ello’. Una marcha que saldrá desde Atocha a las 12:00 horas para recorrer el centro de la ciudad hasta terminar en Plaza España.
“Queremos llamar a todas las mujeres, disidencias y al conjunto de los movimientos sociales que forman parte de la fuerza imparable de cada 8 de marzo”, han indicado las convocantes en un comunicado. El año pasado lograron a reunir a más 30.000 personas, en su mayoría mujeres.
Por otro lado, el Movimiento Feminista ha convocado una marcha que partirá a las 18:00 horas desde la Plaza de Cibeles y finalizará también en la Plaza de España, con el lema ‘Mujeres en lucha contra el machismo global’. El objetivo del colectivo es salir a la calle “para seguir defendiendo los derechos de las mujeres y continuar asegurando que el feminismo es abolicionista”.