
“Perdone, una pregunta”, se acerca Manu Plaza, con educación, a una señora que está a punto de pagar su compra en el Mercadona. Manu se autodescribe como actor y creador de contenido en la descripción de su perfil de TikTok, @elmanuplaza, en el que cuenta con casi un millón y medio de seguidores. “¿Usted cree que me pueda pasar esto? Que no traje hoy... que no traje el dinero, pensé que traía y no", pregunta el influencer, a lo que la señora responde que sí de inmediato, asintiendo con la cabeza y sin darle demasiada importancia. Un gesto indudablemente altruista y generoso.
El creador de contenido recompensó la generosidad de la señora
Pero cuando la mujer le da la espalda, Manu se dirige al cajero, articulando sin emitir sonido que “yo pago, yo pago”, y a continuación acerca, con mucho disimulo, su teléfono móvil al lector de tarjetas. Para distraer a la señora de todo esto, Manu vuelve a explicarse: “Lo que pasa es que yo traje para pagar, pero no, osea, la cartera...”. Y ella, ya decidida y sin necesitar más explicación, le vuelve a quitar importancia: “Tranquilo, no hay problema”. “¿Me lo paga usted?“, vuelve a preguntar Manu, y ella responde, como si fuese pura lógica, que ”claro, claro". Y sin pensárselo dos veces.

Y de la que se va, poniéndole una mano en el hombro, Manu le deja caer una pista sobre lo que realmente está sucediendo: “Y si no se lo regalo yo, que pase buen día”, a lo que la señora responde riéndose y con un “igualmente”. Y así habría quedado de ser una situación real: ella se mostró totalmente dispuesta a pagar en todo momento, sin poner mala cara ni exigiendo gratitud. Así que mientras Manu se va alejando, ella se dispone a pagar la compra. Pero el trabajador de caja le revela la verdad: “¡Ha pagado el chico!“, tras lo que ella queda visiblemente confusa, haciendo un gesto de incomprensión y después sonriendo de oreja a oreja, seguramente dándose cuenta de lo que había pasado.
Manu vuelve para explicarlo: “Yo se lo regalo, yo se lo regalo”, le dice mientras se acerca, a lo que la señora le responde que “pero, pero ¡que era al revés la cosa!“. ”Si, era al revés", le da la razón Manu, “pero no pasa nada, es un experimento social que estamos haciendo”. Ella no puede hacer más que reir un poco y dar las gracias, tras lo cual ambos se dan un medio abrazo y Manu le da un beso amistoso en la mejilla. “Que tenga buen día, mi amor”, se despide el creador de contenido, quedando los dos muy sonrientes tras una interacción tan positiva.
El objetivo del creador de contenido está claro: su experimento tenía como fin el comprobar si la gente es empática y solidaria, algo que, al menos con esta mujer, ha podido confirmar. “¡Esta señora se merece 1.000 años de vida!”, sentencia el creador de contenido en la descripción de su video de TikTok.