
Explorar un nuevo país implica mucho más que un cambio de residencia; es una inmersión en un entorno cultural completamente distinto, donde los idiomas, las costumbres y los valores pueden ser radicalmente diferentes a los del lugar de origen. Este proceso puede despertar tanto interés como incomodidad, e incluso generar desconfianza en algunos casos. Aunque estas diferencias culturales pueden ser desafiantes, también representan una oportunidad única para el crecimiento personal.
Con ese afán se marchó Minerva García (@minisgar24) a Reino Unido. La joven española se trasladó a Londres para ser ‘au pair’, una modalidad que permite a los jóvenes alojarse con una familia en el extranjero a cambio de cuidar de sus hijos. Y aunque el país le gusta, hay ciertas costumbres que se le hacen cuesta arriba de cuando en cuando.
Por eso, Minerva ha compartido en la red social TikTok un vídeo en el que relata las “realidades” de Reino Unido, y especialmente de su capital, que más le han chocado y a las que le cuesta adaptarse.
Realidades de vivir en Londres

Lo que más suelen destacar los españoles expatriados en Reino Unido es el clima. Frente al particular cielo soleado que disfruta la mayor parte de la España peninsular, en Londres los días suelen ser grises y más fríos, especialmente en comparación al clima almeriense al que está acostumbrado Minerva. Por eso, la joven asegura que se “aprecia más el sol cuando no lo tienes todos los días”.
Otra de las “realidades” que chocan con Minerva es que “el camión de la basura pasa dos veces a la semana”, cuenta, mientras que en España lo habitual es que pase al menos una vez al día, más en grandes ciudades. “¿Cómo de marranos son esta gente?“, se pregunta.
Los comercios son también diferentes, según explica Minerva. A diferencia de España, donde la fruta y la verdura se compra por peso, “aquí te cobran la fruta y la verdura por unidad”, asegura la española. Encima “te la comes y no sabe a nada”, afirma. La joven tiene también problemas para encontrar queso sin lactosa y se pregunta cómo lo hacen el resto de personas con problemas de intolerancias. “Yo no sé qué pensarán de qué me alimento”, dice.
Además, asegura que “el farmacéutico te pude vender antibióticos [sin receta]”. En este punto, muchos han protestado en los comentarios del vídeo, pues en realidad solo el médico puede recetar antibióticos y es peligroso venderlos sin receta. “Si realmente la farmacéutica te dio antibiótico dile que vaya con cuidado a ver si todavía perderá la licencia“, le advierten.
Minerva también comenta que, cuando los ingleses preguntan ‘¿qué tal estás?‘, en realidad “no es una pregunta real, no esperan que la contestes”. Por último, resalta el precio del alcohol. Mientras que en España suele ser un producto barato, en Inglaterra “no te sale rentable”. “Sales a tomarte una cerveza y acabas pagando tu propia casa”, comenta.