
Guillermo Vieiro, un alpinista argentino de 44 años, falleció en 1985 mientras descendía por las laderas nevadas del volcán Tupungato, ubicado en la cordillera de los Andes, en la frontera de Argentina y Chile. Su cuerpo y el de Leonardo Rabal, un joven de 20 años, fueron recuperados, pero no las pertenencias que llevaban con ellos. Cuarenta años después del suceso, la familia de Guillermo Vieiro ha podido recuperar la mochila que el escalador llevaba el día en el que desapareció.
El año pasado, la alpinista Gabriela Cavallaro se encontraba por la zona cuando detectó una bolsa atrapada en el hielo. En el interior encontró una chaqueta, un saco de dormir, una botella de agua, aspirinas, pastillas de vitamina C, cuchillos, un piolet y dos carretes de película Super 8. Tras identificar al dueño de la mochila, Cavallaro contactó con las hijas del montañista, que pudieron recuperar las pertenencias de su padre cuatro décadas después de su fallecimiento.
“Fue como redescubrir su historia”
Vieiro y Rabal realizaron un hito muy importante dentro del alpinismo argentino, puesto que fueron los primeros escaladores en llegar a la cumbre del volcán Tupungato a través de su cara este, la más difícil. Sin embargo, la altura a la que se encuentra la cima (6.570 metros), las condiciones climatológicas y la destreza física que requiere el ascenso lo convierte en una experiencia de montañismo muy peligrosa. Es por este motivo por lo que la pendiente en la que se produjo el accidente no ha vuelto a ser escalada, tal y como señaló Gabriela Cavallaro a AFP: “Lo que han logrado tiene un verdadero valor histórico para el montañismo argentino e internacional”.

El alpinista argentino se había hecho reconocido en el mundo de este deporte por haber escalado varias veces las faldas del Aconcagua, el punto más alto de la cordillera de los Andes. Pese a estas hazañas, en la familia de Vieiro no se habla demasiado sobre la actividad que fue la pasión de Guillermo hasta sus últimos días: “Mi madre nunca nos contó quién era. Sabíamos que había muerto en la montaña y que era montañista, pero no mucho más. Así que fue como redescubrir su historia”, señala Azul Vieiro, una de las hijas del montañista, a AFP.
Ella y su hermana Guadalupe, que en la actualidad tienen respectivamente 44 y 40 años, decidieron realizar una expedición para recuperar la bolsa perdida hacía ya cuarenta años, pese a que su madre no quiere conocer nada sobre su descubrimiento: “En mi familia, la palabra ‘montaña’ siempre ha estado prohibida. Es una familia rota por el dolor, por el vacío”.
La mochila encontrada por Gabriela Cavallaro les ha permitido conocer a su padre de una manera que no habían hecho hasta ahora, descubrir cómo fueron sus últimos instantes de felicidad a través de las imágenes que él mismo tomó y que han podido observar a través de los carretes que había en la bolsa. “Espiritualmente, fue como una señal: ‘Sigo aquí, existo. No estás sola’”, reconoció Azul Vieiro, a la que este viaje junto a su hermana le ha permitido acercarse a sus raíces.
Guillermo Vieiro fue una figura destacada del alpinismo argentino, por lo que su familia ha tomado la decisión de donar las pertenencias encontradas a un museo. De esta manera, al igual que Cavallaro ha hecho con ellas, las hermanas Vieiro podrán ahora “compartir un pedazo de la historia del montañismo argentino”.