
Los electrodomésticos nos facilitan el día a día. Sin ellos, tareas tan básicas como calentar la comida, conservar los productos en buen estado o lavar la ropa serían mucho más difíciles de llevar a cabo.
Así, su uso es, para la mayoría, una inversión en tiempo y dinero. Pero estas máquinas tampoco pueden con todo, por lo que hay que tener en cuenta ciertas indicaciones a la hora de utilizarlas.
Por ejemplo, aunque la lavadora nos ahorre hasta una decena de horas semanales, hay que tener en cuenta que no todas las prendas son aptas para este tipo de lavado. Algunas pueden dañarse o incluso afectar al funcionamiento del electrodoméstico.

Qué ropa no puede lavarse en la lavadora
La seda es un tejido extremadamente delicado que puede estropearse con facilidad en la lavadora. La fricción y el movimiento durante el ciclo de lavado pueden provocar desgarros o deformaciones en la tela. Por ello, para la suavidad y el brillo de la ropa de seda, lo más recomendable es lavarlas a mano con agua fría y un detergente suave.
De igual forma, la lana, aunque presente en muchas prendas de vestir, no siempre es apta para la lavadora. Muchas piezas de este material tienden a encogerse o deformarse tras un lavado a máquina. Para evitarlo, es preferible optar por el lavado a mano o utilizar ciclos especiales diseñados para este tipo de tejido.
Por su parte, las prendas con adornos como lentejuelas, abalorios o bordados delicados pueden sufrir daños irreparables en la lavadora. La agitación del tambor puede hacer que estos detalles se desprendan o enganchen con otras prendas. Por tanto, se recomienda lavarlas a mano o acudir a una tintorería especializada.
El cuero y el ante son materiales especialmente sensibles a la humedad. De este modo, sumergirlos en agua o lavarlos a máquina puede hacer que se deformen, se endurezcan o pierdan su acabado original. Para mantener su apariencia, lo mejor es limpiarlos con un paño húmedo y recurrir a productos específicos para su conservación.
Los trajes de baño, como bikinis y bañadores, pueden perder elasticidad y color si se lavan en la lavadora con frecuencia. En este sentido, lo ideal es lavarlos a mano con agua fría después de cada uso, evitando así el desgaste acelerado de las fibras.
Los sujetadores con aros representan otro riesgo al lavarse en la lavadora. La estructura metálica puede deformarse o, en algunos casos, desprenderse y dañar otras prendas o el tambor del electrodoméstico. Si no se pueden lavar a mano, es recomendable usar bolsas de lavado especiales para evitar daños.
Las prendas de encaje o tejidos delicados, debido a su fragilidad, pueden romperse o deshilacharse en el lavado a máquina. Para conservarlas en buen estado, la mejor opción es lavarlas a mano con agua fría y secarlas al aire.
Las corbatas, especialmente aquellas fabricadas con seda, no deben meterse en la lavadora. El contacto con el agua y la fricción pueden deteriorar su textura y estructura. Para evitar daños, lo recomendable es recurrir a la limpieza en seco.
Las prendas impermeables pueden suponer un problema para la lavadora. Al impedir el paso del agua, pueden crear acumulaciones dentro del tambor, afectando su equilibrio y provocando anomalías en su funcionamiento. Por tanto, lo mejor siempre es seguir las instrucciones del fabricante o utilizar programas específicos si la lavadora los incluye.
Por último, los trajes de chaqueta y pantalón o falda tampoco deben someterse a un lavado a máquina. Las telas estructuradas pueden encogerse o perder su forma, afectando la caída y el ajuste de la prenda. Para su mantenimiento, es preferible optar por la limpieza en seco.