Trump quema los puentes con Zelensky: ¿puede Europa apoyar en solitario a Ucrania si continúa la guerra?

A la espera de “un acuerdo de paz justo”, más allá de muestras de apoyo, Kiev precisa de sus aliados europeos una ingente cantidad de armamento para seguir luchando contra Rusia

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ARCHIVO. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky

La Unión Europea es, al parecer, el único amigo que le queda a Ucrania. El despacho oval de la Casa Blanca ha sido el escenario elegido por Donald Trump para plasmar, bronca en directo mediante, las diferencias que mantiene con su homólogo ucraniano. “No está preparado para la paz”, lanzó el mandatario estadounidense a través de su propia red social, Truth, molesto ante el rechazo de un alto el fuego por parte de Zelensky, quien considera que no existen garantías de seguridad para su país.

Tras el calamitoso encuentro en Washington, el ucraniano se reunirá este domingo, en Londres, con los líderes europeos, los únicos que hasta ahora se han mostrado incondicionales al país invadido: “Amigos ucranianos, no estáis solos”, expresó el mandatario polaco, Donald Tusk; “Ucrania, España está contigo”, dijo, por su parte Pedro Sánchez. Sin embargo, más allá de las muestras de apoyo y palabras bonitas de sus aliados, lo que precisa Kiev para continuar luchando contra Rusia es una ingente cantidad de armamento. Y Europa no puede dársela.

La oxidada industria militar europea, acostumbrada a producir sin prisas ni amenazas tras las décadas de paz que sucedieron a la caída de la Unión Soviética, siempre ha sido el principal obstáculo para que la UE pudiese facilitar a Kiev armas y munición a la velocidad exigida por el campo de batalla. Justamente, la guerra en Ucrania ha despertado de su letargo a las políticas y la inversión en defensa de los países europeos, pero su maquinaria armamentística aún está muy lejos de siquiera acercarse a las capacidades de la estadounidense.

El tenso momento entre Trump y Zelenski en el Despacho Oval

Escasez de armamento ‘Made in Europe’

El ejemplo más paradigmático de esta situación se ha reflejado, a lo largo de estos tres años de guerra, en la escasez de proyectiles de 155 mm -la munición más utilizada por los obuses y grandes cañones- en un conflicto en el que la artillería ha demostrado ser un arma esencial, tanto de un lado como del otro en el campo de batalla. En 2023, durante la -fracasada- contraofensiva ucraniana, el ejército del país invadido empleaba un promedio de 90.000 de estos proyectiles al mes, más del triple de la capacidad de producción de la Unión Europea, de tan solo 25.000 unidades mensuales por aquel entonces.

Para hacer frente a esta problemática, los países europeos se comprometieron a desarrollar un plan para producir un millón de proyectiles de artillería de 155 mm en el plazo de un año. Un proyecto más que ambicioso dado que hacia finales de 2023 en el viejo continente se fabricaban anualmente 300.000 proyectiles. En marzo de 2024, la Comisión Europea invirtió 500 millones de euros en 31 proyectos industriales destinados a incrementar la producción de munición. La fábrica de armas de Europa ha despertado, pero los expertos calculan que no podrá ofrecer a Ucrania la ayuda militar que precisa hasta dentro de dos años.

Precisamente, es esta misma falta de capacidad lo que vuelve prácticamente imposible que Europa despliegue, tal como ha pedio Zelensky, una fuerza de 200.000 soldados que velen por la seguridad de Ucrania y aseguren con su presencia el cumplimiento de un hipotético acuerdo de paz con Moscú. Como bien recuerda el investigador Rajan Menon en su columna de este sábado en The Guardian, “Europa carece de la potencia de fuego y de las capacidades logísticas necesarias para desplegar una fuerza que pueda defender a Ucrania si Rusia ataca de nuevo”.