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Un caso inusual ha sacudido la política local en Bélgica, ha sido bautizado como “Wafel Gate” y ha supuesto la sanción económica de un político por un gesto que, según él, no tenía intenciones electorales.
Luc Lhoest, consejero comunal de Remicourt, en la provincia de Lieja, Bélgica, fue multado con una suma equivalente al 40% de su salario durante tres meses, lo que asciende a aproximadamente 6.000 euros.
La sanción fue impuesta por la comisión de control de gastos electorales del Parlamento de Valonia, tras determinar que el político intentó influir en los votantes al distribuir gofres en residencias de ancianos días antes de las elecciones comunales de octubre de 2024.
De acuerdo con la información publicada por RTBF y otros medios belgas, el incidente ocurrió cuando Lhoest, quien posteriormente ganó las elecciones, visitó dos casas de reposo para personas mayores y entregó gofres a los residentes.
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Aunque el político argumentó que esta práctica era una tradición que realizaba desde hace años y no tenía fines electorales, la comisión consideró que el acto constituía un intento de soborno a los votantes.
Un castigo que golpea el bolsillo del político
La decisión de la comisión de control de gastos electorales no solo confirmó la irregularidad, sino que también optó por una sanción que afecta directamente las finanzas del político.
La multa de 6.000 euros equivale a una reducción significativa en los ingresos de Lhoest durante tres meses. Este castigo, aunque no pone en riesgo su mandato como consejero comunal, ha generado un fuerte impacto en el político, quien expresó su descontento con la resolución.
“Estoy realmente desanimado”, declaró Luc Lhoest al medio belga. Según explicó, sus argumentos y explicaciones no fueron tomados en cuenta por la comisión. Además, insistió en que su intención no era influir en los votantes, ya que, según él, “la mayoría de las personas ni siquiera conocen mi nombre”.
Una defensa que no convenció a las autoridades
En su defensa, Lhoest argumentó que la entrega de gofres no debía ser considerada como un “regalo electoral”, ya que era una actividad que realizaba regularmente y no estaba vinculada a su candidatura. Sin embargo, la comisión de control de gastos electorales del Parlamento de Valonia rechazó esta interpretación y mantuvo la sanción.
El político también calificó la multa como “excesiva” y expresó su frustración por lo que considera una decisión injusta. A pesar de ello, anunció que no apelará la resolución.
“Iniciar un recurso sería una pérdida de tiempo y energía. Prefiero dedicarme a otras cosas”, afirmó.
El caso ha generado opiniones encontradas en el ámbito político y entre los ciudadanos de Remicourt. Mientras algunos consideran que la sanción es un ejemplo necesario para garantizar la transparencia en los procesos electorales, otros creen que el castigo es desproporcionado para un gesto que, según Lhoest, no tenía intenciones políticas.
El alcalde de Remicourt, aunque no se menciona explícitamente su postura en los reportes, no parece compartir la interpretación de Lhoest sobre los hechos. Esto sugiere que incluso dentro del ámbito político local, el caso ha generado divisiones sobre lo que constituye un acto ético en el contexto de una campaña electoral.