Los 9 momentos más peligrosos de la vida de Frank Cuesta en contacto con animales salvajes: “Me vas a disparar o qué”

El herpetólogo se ha jugado la vida en más de una ocasión

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Frank Cuesta en una imagen
Frank Cuesta en una imagen de archivo. (Europa Press)

En 2010 se colaba en las televisiones de los españoles, un aventurero que mostraba a la audiencia los secretos de los animales salvajes que se iba encontrando en los países que recorría. Frank Cuesta, más conocido como Frank de la Jungla, pasó entonces a convertirse en un personaje popular y su programa de Cuatro en uno de los más vistos. La cadena de Mediaset emitió después más contenido, pero bajo otros nombres: La selva en casa y Natural Frank. Más tarde, el herpetólogo se pasaría a Discovery Max y actualmente cuenta con un canal de Youtube.

La batalla judicial con su exmujer y el cáncer que padece

En su perfil ha seguido dando cuenta de sus aventuras, así como de la batalla judicial que tiene con su exmujer Yuyee y de la enfermedad que padece. Hace 15 años Cuesta fue diagnosticado de cáncer, leucemia acelerada, en concreto, leucemia acelerada. Explicó que “todos los enero” le tienen que introducir “un mogollón de cosas ahí por la médula y hacer unas cosas”. Según detalló en un vídeo, durante la última temporada ha estado intentando ganar peso porque sabe que con la última sesión del tratamiento de quimioterapia sabía que iba a adelgazar varios kilos.

Más allá de todas las polémicas en las que últimamente parece que está inmerso, si por algo es conocido el leonés es por su activismo y por la lucha a favor de los derechos de los animales, algo que le ha llevado a jugarse la vida en más de una ocasión.

Los 9 momentos más peligrosos de la vida de Frank Cuesta

Veneno de una serpiente sobre la cara

En un rodaje de la India, se acercó demasiado a una serpiente para enseñar uno de sus dientes, pero tal y como explico en El Hormiguero, al tener movilidad en ellos, lo torció y le dio el chorro en el ojo y en la boca.

Enseguida pidió agua y según le detalló a Pablo Motos, “al momento” sintió que no veía y que le empezaba a quemar el ojo. “Hostia, que no veo”, se le escucha diciendo en el vídeo. También le entró en la boca y vomitó y según cuenta, estuvieron tres días “bastante preocupados”. “El primer día no veía nada, pero sabía que más o menos el efecto del veneno se cristaliza, luego lo que haces es que rayas el ojo y ya está”, recordó.

La picadura de una víbora Russell

Una de las situaciones más difíciles que ha vivido el aventurero es cuando buscaba en la selva de Malasia y Tailandia a la víbora de Russell, una de las serpientes más letales de Asia. Una noche se encontró con un ejemplar y llamó de inmediato a su cámara, Santi, para que grabara el momento. Mientras intentaba inmovilizar al reptil con un palo, la serpiente se lanzó hacia su pierna y le inyectó su veneno con una mordedura. Cuesta cayó al suelo de inmediato y, con una navaja, comenzó a retirar la piel superficial afectada para evitar la necrosis que se desarrolló en cuestión de segundos. Luego, se administró un antídoto para aliviar el dolor y frenar la propagación del veneno en su cuerpo.

Mordedura de un cocodrilo

En otra ocasión, corrió y se lanzó a por un cocodrilo, el gavial. E herpetólogo contó que es “uno de los animales más difíciles de encontrar en libertad, una especie de cocodrilo que tiene el pico muy largo”. El leonés no pudo contener su emoción al verlo y al intentar inmovilizarlo, este le mordió.

Unos cazadores amenazan a Frank

Unos cazadores amenazan a Frank
Unos cazadores amenazan a Frank de la Jungla. (Discovery Max

Aunque esta vez no se jugara la vida por estar con un animal, sí tiene relación con él. Frank iba en una travesía en busca de jabalíes, llevaba cinco horas y media caminando cuando, por fin, se topó con una familia. Tras celebrar que había conseguido dar con ellos, escucharon disparos y él y su cámara se dirigieron rápidamente hacia el río. Sin embargo, un coche con dos hombres armados les frenó el paso. “Qué diablos hacéis aquí, tenéis 10 minutos para iros”, espetaron los cazadores. No obstante, el televisivo no pudo contener su rabia y les achaca que lo que han cazado (aunque aún sigue vivo) sólo es un bebé. “Ten cuidado con mi escopeta”, le soltó entonces el local. “Me vas a disparar o qué”, respondió Franl.

Una pitón casi le estrangula

Frank de la Jungla con
Frank de la Jungla con una pitón al cuello. (Discovery Max)

Con la intención de mostrar a la audiencia la fuerza que tienen las pitones, se puso una al cuello. Enseguida se percibe como el animal empieza a apretar, el veterinario a quedarse sin respiración y su equipo a ponerse nervioso.

Contrae la malaria

Contrajo la malaria durante uno de sus viajes a África, una dolencia que de no tratarse podría llevar a la muerte. El aventurero subió un vídeo a Youtube asegurando que ya estaba en tratamiento y que en tres días estaría “jugando al tenis”.

Reconocido en un centro turístico de animales

Frank Cuesta en un centro
Frank Cuesta en un centro turístico de animales. (Discovery Max)

Fue a un centro turístico de animales donde los viajantes se acercan a hacerse fotos con monos, serpientes y elefantes para ver cómo era por dentro y mostrar la crueldad que se esconde. Sin embargo, llegó un momento en el que le reconocieron y que le instaron a quedarse quieto. “Esperad aquí”, le dijeron a él y a su equipo. Por suerte, pudieron irse sin complicaciones.

Herido grave en un accidente de helicóptero.

Sufrió un accidente de helicóptero en las proximidades del río Mekong, en la frontera entre Tailandia y Vietnam. El propio presentador compartió la noticia en sus perfiles de Twitter y Facebook, acompañada de una imagen en la que se le veía con el ojo amoratado, un collarín y un vendaje en la cabeza. Según relató, el incidente le causó la fractura de varios huesos y cuatro días de dificultades hasta su rescate. “Nunca he pasado tanto miedo. Me quedé paralizado sin saber qué hacer durante horas”, confesó.

Problemas con traficantes de animales

Una de las cosas contra las que más ha luchado el veterinario ha sido en contra del tráfico de animales. Eso le llevó a acercarse a dos chicos que los vendían de manera ilegal. Para su sorpresa, uno de ellos le reconoció y le sacó un arma. Cuando Cuesta se lanzó para quitarle el arma, otro de ellos aprovechó para pegar al cámara con un bate. Escaparon corriendo ambos ensangrentados.