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La Inteligencia Artificial es el elefante en la habitación de muchos gobiernos. El debate político se centró primero en cómo regular esta tecnología que crece a velocidades vertiginosas. En una carrera feroz por liderar este sector, América Latina discute cómo unirse a esta incursión digital. ¿Seguir el modelo chino, el europeo o el estadounidense? y sobre todo: ¿quién está dispuesto a poner dinero?
Hasta ahora, apenas son los países que han decidido apostar por esta tecnología en la región. El valor más importante es el anuncio de Brasil de movilizar 23.000 millones de dólares, una cifra positiva, pero que sigue siendo insuficiente si se tiene en cuenta los 200.000 millones de euros que la Unión Europea plantea movilizar en inversiones a través de la iniciativa Invest AI.
¿Restringir o promover?
Si se habla de su regulación, solo Chile ha conseguido sacar adelante un proyecto de ley enfocado a la Inteligencia Artificial. El gobierno de Gabriel Boric planteó centrar su aplicación en la seguridad ciudadana. Al mismo tiempo, también fue el primer gobierno de la región en regular sus principios éticos y clasificar los sistemas de IA en aquellos que presentan un riesgo inaceptable; un nivel de riesgo alto; un nivel de riesgo limitado; y ningún riesgo evidente. El equilibrio entre regulación e inversión centrado el debate en la segunda sesión del evento de Digital Summit Latam celebrado en Madrid.
En todo caso, expertos, legisladores y empresarios coinciden en que antes la región debe resolver una falta de infraestructura. “Sin conectividad no se puede hablar de IA. Tampoco si no apostamos por talento, necesitamos más alfabetización digital”, afirma Victor Muñoz, autor del libro Inteligencia Artificial: Entre Algoritmos. Muñoz añade que es también importante la necesidad de tener datos. “Menos del 1% de los fatos de entrenamiento de IA son en español. Se genera un sesgo”.
Lo cierto es que cómo regular esta tecnología es un asunto espinoso. La Unión Europea lanzó la primera y única gran regulación sobre el uso de la Inteligencia Artificial y, apenas unos meses después de su nacimiento, la regulación quedó obsoleta ante el avance de esta tecnología. ¿Debe América Latina contagiarse de la ola reguladora de Bruselas?
Jorge Vega, Catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid y exdirector senior de Asuntos Jurídicos y Corporativos de Microsoft, afirma que hay cosas que pueden rescatarse del modelo europeo “porque hay riesgos”, pero es importante saber en qué sectores aplicar estas regulaciones, cuándo y cómo hacerlo y, sobre todo, entender los datos para evitar que una norma quede obsoleta nada más salir.
Pablo Nieto, gerente de la Asociación latinoamericana de Internet critica que en Latinoamérica “todo se ha concentrado en un apetito regulatorio, la mayoría con un enfoque restrictivo y poco promotor”. A su juicio, esa urgencia por regular tiene que ver con una ausencia de visión estratégica. “Solo seis países tienen políticas públicas de IA. Nuestros países no tienen interés en tener una estrategia de IA”.
Recursos naturales que pueden sostener la industria a largo plazo
Además del asunto regulatorio, el debate sobre la mesa está en cómo atraer inversiones hacia este sector, y América Latina puede jugar con sus cartas. Nieto se refiere a la diversidad de los recursos naturales que hay en la región. “En la cadena de valor de la IA, el níquel y el cobre es fundamental para el cableado”, explica.
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“La región es un coctel de sostenibilidad a largo plazo desde el punto de vista medioambiental. Somos ricos en recursos naturales que pueden ser una base para consolidar el soporte energético”, sentencia Nieto.