
La limpieza de la cocina puede convertirse en una verdadera odisea. Se trata de un espacio, al fin y al cabo, en el que abundan restos de alimentos, grasas y hasta otros productos que, al acumularse, producen un gran desorden y una gran suciedad que puede ser dañina para la salud.
El problema reside en que, en algunos casos, y en especial con las grasas, llevar a cabo una limpieza puede resultar una ardua tarea. Ejemplo de ello son los electrodomésticos que utilizamos en nuestro día a día para cocinar, como el microondas o el horno, cuyas puertas y bandejas pueden ser un verdadero reto.
Es a raíz de esto que muchos expertos en limpieza han ido ofreciendo distintos consejos acerca de qué técnicas se pueden utilizar para agilizar el proceso. Una de estas personas especializadas en limpieza es Erin, una gurú de la limpieza natural y fundadora de Lemons Lavender and Laundry.
Un antiácido para quitar las grasas
En una entrevista al tabloide británico Daily Express, ha recordado que para limpiar el vidrio del horno, una de las partes más difíciles, hay que hacerlo con regularidad y no tardar mucho en actuar si vemos que se ha ensuciado. Además, la experta recuerda que en casi todas las cocinas, aunque no seamos conscientes de ello, contamos con “un ingrediente natural” que se basta por sí solo de acometer la tarea sin que esta sea tan abrumadora.
Se trata del bicarbonato sódico, un producto alcalino (antiácido) que se utiliza para diferentes cuestiones, desde para aliviar síntomas como la acidez o la indigestión a mezclarlo con la masa y el yogur para que haga de levadura en repostería. Y también, por supuesto, la limpieza de ciertos utensilios y electrodomésticos en la cocina.
Las propiedades del bicarbonato, y más en concreto su alto nivel de pH, hace que este producto sea capaz de descomponer sustancias ácidas como la grasa o los alimentos que se hayan quemado. Además, no se trata de un producto excesivamente abrasivo, por lo que no debemos temer que pueda dañar el vidrio del horno-. “Si bien usar bicarbonato de sodio requiere un poco más de tiempo y esfuerzo que usar un limpiador de hornos, ciertamente cumple su función; y sin químicos dañinos”.
Estos son los pasos que hay que seguir
De este modo, Erin explica que lo primero que hay que hacer es espolvorear generosamente el bicarbonato sobre el vidrio y, con un estropajo húmedo, esparcirlo hasta que se haga una pasta espesa. “El objetivo es cubrir toda la puerta de vidrio del horno con la pasta de bicarbonato de sodio. Si ves que no tienes suficiente pasta, simplemente agrega más bicarbonato de sodio y agua”.
Si vemos que la pasta es demasiado espesa, es que le falta agua, mientras que si se ve fina y líquida, podemos añadir más bicarbonato. Una vez lo hayamos recubierto todo, hay que esperar entre 30 y 60 minutos, o incluso toda la noche si la puerta está muy sucia.
Cuando haya pasado el tiempo, hay que humedecer de nuevo el estropajo y aclarar la zona, para ver si podemos ya quitar la suciedad. Finalmente, con una esponja también húmeda, debemos asegurarnos de que ya no queda pasta de bicarbonato. Estos serían los pasos que habría que seguir según Erin, la cual asegura que con este truco su propio horno parece “un espejo”.