
El cliente siempre tiene la razón, dicen. ¿Y cuando el cliente dice que el agua, el pan o el recipiente en el que te llevas la comida que ha sobrado deben ser gratis? Rescata este popular debate un hostelero que está ganando peso en las redes sociales, Eduardo Alemán, propietario del restaurante Las Peñas en Ampuero, en Cantabria, con vídeos en los que por ejemplo enseña desde el otro lado, del que sirve, o en este caso también del que invierte, lo que le cuesta a él una tortilla de patatas y el margen de beneficio por ella, o esto mismo con una botella de vino o un barril de cerveza. “No te van a quedar ni 50 euros”, asegura con este último.
El caso del agua tiene legislación y matices. La norma, de 2022, obliga a los establecimientos a ofrecer gratis la de grifo. La medida busca reducir el uso de envases de un solo uso y fomentar hábitos de consumo más sostenibles. También, evitar abusos. A pesar de esto, las principales asociaciones de consumidores han ido reportando incumplimientos. En aquellos municipios cuya agua de grifo, siendo potable, no es en absoluto recomendable o tiene buen sabor, estos locales no tienen que servir agua sin coste.
“Voy a ser supertransparente”
Alemán publicó un vídeo en TikTok “con un punto de humor” en el que interpretaba un doble papel. Por un lado hace de cliente, y ese cliente, durante una comida ficticia, avisa de que no va a pagar ni el agua, ni el pan, ni el táper. Por otro, hace de sí mismo, de propietario del negocio, para decirle a quien le provee ese agua, ese pan y ese táper que no le pagará porque a él el cliente no se lo valora. Este ‘teatrillo’ se hizo viral, generando una tormenta de reacciones, y llevó al empresario a publicar otro, profundizando algo más en su opinión y sus circunstancias.
“He subido un vídeo que ha tenido una repercusión tremenda y me habéis abrasado en los comentarios diciendo que todo esto debería ser completamente gratis en un restaurante. Así que en este -anticipa- voy a ser supertransparente y sincero con vosotros”. Explica que antes tenía un agua de Cantabria que apenas le costaba 30 euros al mes, teniendo en cuenta que en sala tiene un máximo de nueve mesas, pero que ahora alquila una máquina más cara que eso y que cada vez que se rompe una botella tiene un coste de 8 euros. Está incluida en su menú especial, pero no si se pide de carta.

Qué hacen con el pan si no te lo comes
Sobre el pan es bastante claro: “Yo tengo un restaurante y creo que el pan hay que cobrarlo, pero también hay que ser transparente. No pueden cobrarte el pan en ningún restaurante si no está estipulado dentro de la carta y tampoco repites de pan, y muchísimo menos cuando este pan te lo ponen siquiera sin preguntarte si quieres. Y no importa que no te lo hayas comido, ya que también es ilegal retirarte el pan que no has tocado, encima del cual has estado todo el rato hablando y comiendo, para utilizarlo en otras mesas”.
Sobre los táper, los cobra a un euro. Esto es controvertido porque el cliente, legítimamente, puede reclamar que ha pagado esa comida y tiene derecho a llevársela sin coste adicional. Alemán lo justifica así: “Cobrar o no cobrar los táper no va a llevar a un local a ningún lado, pero dentro del comedor sí que reflejamos tanto en la carta como en los menús que el táper para llevar los alimentos está sujeto a un precio de un euro. Y esto no es por ganar dinero, es por concienciar a la gente, ya que hemos llegado a un punto en el que la gente nos pide para llevar restos completamente irrisorios que estoy seguro que terminan en la basura”.
Por lo que cuenta, parece no haber tenido demasiadas buenas experiencias con la gratuidad, detectando abusos de los clientes, o lo que él considera como tales, con recursos que él no tiene opción de encontrar regalados. El debate sigue abierto.