Nadie está a salvo de las estafas telefónicas, ni siquiera el cuerpo de curas de la iglesia. A principios de esta semana, un estafador clonó la voz del obispo de Segovia con la intención de estafar a párrocos conocidos por el obispo.
Según informó El Día de Segovia, varios sacerdotes y una comunidad de monjas fueron contactados por un estafador que, utilizando tecnología avanzada, imitó la voz del obispo para solicitar transferencias de dinero.
La suma requerida ascendía a 2.200 euros, supuestamente necesarios para gestionar una herencia de 40.000 euros que beneficiaría a la diócesis.
El incidente ocurrió en horas de la madrugada, cuando el estafador se comunicó con los religiosos haciéndose pasar por “Don Jesús, el obispo de Segovia”.
Según detalló el párroco Julio Alonso, de la iglesia de Santo Tomás, la voz del interlocutor era “muy calmada y serena”, lo que inicialmente generó confianza. Sin embargo, la urgencia de la solicitud y el horario inusual de la llamada despertaron sospechas entre las víctimas potenciales.
La tecnología detrás de la estafa: clonación de voz
El uso de herramientas tecnológicas para suplantar identidades ha facilitado la ejecución de este tipo de delitos. En este caso, los estafadores emplearon tecnología de clonación de voz, una técnica que permite replicar con gran precisión el tono, el timbre y las características vocales de una persona.
Esta tecnología fue utilizada para imitar la voz del obispo de Segovia, logrando un nivel de realismo que confundió a varios de los sacerdotes contactados.
El objetivo del estafador era obtener una transferencia inmediata de 2.200 euros, argumentando que el dinero era indispensable para completar los trámites legales de una herencia.
La supuesta herencia, valorada en 40.000 euros, habría sido dejada por una mujer fallecida a favor de la diócesis. Sin embargo, la insistencia y la prisa del interlocutor generaron dudas en algunos de los religiosos, quienes decidieron no proceder con la transacción.
Sacerdotes y religiosas, principales objetivos
El párroco Julio Alonso fue una de las personas que recibió la llamada. El estafador lo contactó a las cinco de la madrugada, un horario que consideró inusual para una solicitud de este tipo. Aunque la voz era idéntica a la del obispo y el tono era empático, Alonso decidió no realizar la transferencia y, en cambio, advirtió al interlocutor que informaría a la policía.
Además de Alonso, otros “cuatro o cinco sacerdotes y una comunidad de religiosas” también fueron contactados por el estafador.
Aunque no se ha confirmado si alguno de ellos llegó a realizar la transferencia, el incidente ha generado preocupación en la diócesis y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las instituciones religiosas frente a este tipo de delitos.
Tras el intento fallido de estafa, el estafador dejó de realizar llamadas luego de que Julio Alonso mencionara que había alertado a las autoridades. Sin embargo, hasta el momento, Alonso no ha presentado una denuncia formal, aunque asegura que otros sacerdotes también han sido víctimas de este intento de fraude.
El caso ha puesto en evidencia la creciente sofisticación de las técnicas utilizadas por los delincuentes para engañar a sus víctimas. La clonación de voz, en particular, representa un desafío significativo para las autoridades, ya que permite a los estafadores suplantar identidades con un alto grado de precisión.
Este incidente subraya que los estafadores atacan a cualquier persona, independientemente de su profesión o entorno. Además, pone en relieve la necesidad de que las instituciones religiosas y otros sectores vulnerables adopten medidas preventivas para protegerse contra este tipo de amenazas.
