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Una cápsula del tiempo es un contenedor sellado en el que se depositan objetos, documentos y mensajes representativos de un momento específico, cuyo propósito es preservar aspectos fundamentales de la vida, la cultura y la historia. En el Teatro Real de Edimburgo, durante los trabajos de restauración en las zonas menos visibles de su ornamentación original, se ha descubierto un tesoro histórico que ha despertado asombro entre los responsables del proyecto.
El teatro, inaugurado en 1906 y considerado una obra maestra de la época eduardiana, está siendo sometido a mejoras cuyo coste asciende a 40 millones de libras. Fue precisamente en uno de los rincones del mobiliario cuando un trabajador, al detectar una irregularidad, introdujo la mano y encontró una cavidad que albergaba una cápsula sellada. Este hallazgo, que data de hace 119 años, fue “un momento absolutamente mágico”, para todos los que estuvieron presentes.
Qué información ha revelado la cápsula del tiempo
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Mike Hume y Guillaume Blondel estaban trabajando en la restauración del Teatro Real el 6 de diciembre de 2024 cuando el primero de ellos observó, mientras caminaba por un andamio a 40 pies sobre el escenario, de cerca que uno de los detalles arquitectónicos del de la estructura escondía algo extraño- De este modo, decidió meter la mano en el hueco visible que se encontraba detrás de una de las coronas doradas que decoran el lugar. Después notar algo en el interior, sacó una botella de cristal en sus manos.
En ese momento, Hume no lo sabía, pero acababa de descubrir una cápsula del tiempo de hace 119 años en uno de los edificios más emblemáticos de Edimburgo:“Estaba un poco húmedo y había algo de yeso desmoronado por todas partes, pero sentí algo sólido. Lo saqué y me di cuenta de que tenía una botella sellada en mis manos”, dijo Hume. Después de una inspección preliminar, se sabe que la botella está perfectamente conservada y presenta una inscripción que indica que pertenece a una época de auge cultural a inicios del siglo pasado.
Guillaume Blondel le confesó al medio británico que fue “un momento absolutamente mágico”. Mientras que Hume explicó que “fue realmente como una escena de Indiana Jones”. Tras la extracción de la botella del hueco que había detrás de la corona, Hume usó su teléfono para fotografiar la nota que estaba doblada en su interior. Desde la imagen pudieron notar que había un nombre escrito en tina: “WS Cruikshank”, el contratista que construyó el teatro eduardiano. No obstante, según la información que se dio una vez abrieron la botella, se detectó también el nombre de John Daniel Swanston el arquitecto jefe que llevó a cabo el proyecto.
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No obstante, antes de conocer este último dato, la botella fue enviada a algunos especialistas que cortaron cuidadosamente la tapa de yeso. Posteriormente, los expertos tuvieron que retirar el documento con sumo cuidado, ya que el papel, después de más de un siglo, estaba frágil y parcialmente pegado a sí mismo. A pesar de las dificultades para sacar el pergamino de su interior, se logró extraer el objeto sin que se rompiera. Una vez consiguieron desenrroscar el documento salieron a la luz el resto de nombres que estaban implpicados en la construcción del Teatro Real: los arquitectos James Davidson y John Tulloch, el dibujante John Alexander Cameron, el capataz yesero George King y el capataz William Begg, así como los yeseros John Hutchinson, Andrew S Law y William Hunter.
Abby Pendlebury, directora de participación patrimonial del teatro, dijo que fue “increíblemente emocionante” encontrar la botella. Asimismo, afirmó que “es fascinante que tengamos una lista de yeseros y dibujantes”, pues este yacimiento “muestra lo personal que fue esto para tanta gente y cómo existe una verdadera conexión humana que se remonta a ese momento. Es realmente hermoso de ver”. Ahora, todos los visitantes del edificio escocés podrán visualizar este objeto de tanto valor histórico en una exhibición de en una nueva sala de exposiciones del teatro.