
El S-81 Isaac Peral tiene una cubierta prácticamente vacía. Se trata de la Sección 3, ubicada entre la sala de máquinas, donde se encuentran los generadores diésel que suministran de energía al sumergible, y la cámara de mando y control, desde la que se gestionan todos los sistemas de la embarcación. Sucede que el nuevo buque de la Armada está incompleto y le falta un componente fundamental: el sistema de propulsión independiente del aire (AIP), el mecanismo que, según afirma su fabricante, le permitirá permanecer sumergido por más tiempo que cualquier otro submarino convencional —es decir, no nuclear— del mundo.
“La mayor parte de los equipos de la AIP van en esta cubierta, que ahora es un tanto diáfana”, explica el comandante del S-81, el capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo. Por el momento, para mayor comodidad de la dotación del submarino, en esta sala se han instalado dos módulos con un total de nueve camas, que desaparecerán una vez que se incorpore el sistema de propulsión faltante. “Probablemente también pongamos aquí un pequeño gimnasio para aprovechar el espacio”, prevé Corral.
De cumplirse la propuesta del comandante del buque, las mancuernas y pesas ocuparán el lugar destinado a los equipos de la AIP durante varios años. La instalación del innovador sistema de propulsión, diseñado por el astillero público Navantia y la empresa Abengoa, no se llevará a cabo hasta que el sumergible se someta a su primera gran carena, nombre con el que se conoce el proceso de mantenimiento exhaustivo que se realiza sobre este tipo de embarcaciones y que implica el desmontaje de sus sistemas y componentes.
El hecho de que el Isaac Peral carezca a día de hoy de un sistema de propulsión independiente del aire responde a diversos contratiempos y demoras en el desarrollo de esta tecnología. En este sentido, la Armada no contará con un submarino con un sistema AIP desde su botadura hasta la tercera unidad de la clase S-80, el S-83 Cosme García, cuya entrega está prevista, tras una nueva reconfiguración del cronograma, para 2028.

Por su parte, desde Navantia siempre han defendido que su AIP es la más avanzada del mercado, ya que, a diferencia de otros, no precisa portar a bordo hidrógeno, el gas con el que funcionan estos sistemas, sino que puede autogenerarlo de acuerdo a las necesidades de la embarcación. Esta capacidad, aseguran desde la empresa naval pública, redunda en mayor seguridad y una ventaja táctica respecto a otros submarinos equipados con este tipo de sistemas.
Pérdida de un negocio millonario
Justamente, la falta de una AIP instalada en el S-81 ha sido la razón de que España perdiera, recientemente, un contrato de 4.800 millones de euros. Esa es la suma que prevé desembolsar el Gobierno de India con el fin de dotar a su fuerza naval con seis nuevos submarinos. Si bien el S-80 español ha sido uno de los modelos tenidos en cuenta por Nueva Delhi a lo largo de todo el proceso de licitación, finalmente el país asiático ha terminado por decantarse por la propuesta presentada por la industria naval alemana.
Según publicaciones de la prensa local, el Ministerio de Defensa indio habría rechazado al S-80, el primer submarino diseñado y construido íntegramente en España, por no cumplir con los requisitos técnicos exigidos en la licitación. Esto último de acuerdo al informe elaborado tras la visita, a mediados de 2024, de una comitiva india a las instalaciones que Navantia posee en Cartagena (Murcia) para comprobar el funcionamiento del sistema AIP del sumergible español, pero en la que no pudo corroborar sus capacidades en el mar.