Ahora Juan Carlos Monedero. Los periodistas Javier Chicote (ABC) y Ana Requena Aguilar (eldiario.es) firmaron las principales informaciones que apuntan a otro de los fundadores de Podemos, señalado por mujeres que aseguran haber sido incomodadas y manoseadas. Al partido que puso en el centro del debate y de la ley el consentimiento -y tantas otras demandas del feminismo, de la sociedad- le consta desde el 12 de septiembre de 2023 que uno de sus padres podría estar al otro lado, que representa aquello contra lo que dicen luchar. Ese día recibieron una queja formal. Pero no debió ser una sorpresa: en 2016, la cúpula ya supo de un “episodio grave” del politólogo y profesor, al que ya investiga la Universidad Complutense.
48 horas después de ese 12 de septiembre, Monedero se apartó del único cargo que le ataba a Podemos. Sorprendentemente, Ione Belarra, secretaria general, agradeció su “incansable trabajo”, agradeció que se hubiera “desvivido” y agradeció su “magnífica militancia”. Dedicó unas cariñosas palabras a una persona de la que había recibido una comunicación en la que se informaba que “realizaba tocamientos en cintura y trasero”, que “hacía comentarios inapropiados a jóvenes” y del que avisaban que en estado de embriaguez había tratado de besar a compañeras. “Seguimos peleando juntos”, le dijo, acompañado del emoji de un corazón. Y silencio.
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También mantuvo silencio Sumar. Se hace inevitable, por reciente, no recordar el comunicado de Íñigo Errejón, otro de los padres de la criatura, y la pirueta dialéctica de la “contradicción entre persona y personaje”. La formación de Yolanda Díaz estuvo callada durante mucho tiempo, y solo compareció cuando los testimonios comenzaron a inundar las redes y los medios, haciendo insostenible la continuidad de su nada menos que portavoz en el Congreso. Yolanda Díaz quedó-está marcada.
El mensaje de Belarra a Monedero tras las acusaciones
Ahora lo están también Belarra y Pablo Iglesias. En el caso de Belarra, la hemeroteca le juega una muy mala pasada. El 29 de enero de 2024, cuatro meses después de las denuncias, Monedero publicó el siguiente tuit: “Circula un bulo acerca de un supuesto expediente. Es mentira. Y no van a conseguir que me enemiste con nadie. Mis amigos pueden equivocarse pero yo no me confundo nunca de enemigos. Y no se nos olvide que nos han intentado encarcelar juntos. Y uso une, marionetas del lawfare”. Hoy sabemos que de bulo nada. Y la respuesta que en ese momento dio Belarra fue: “Es una incidencia lo que hacen. Un abrazo fuerte”. De nuevo, acompañado del emoji de un corazón.
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Hay más detalles que llaman la atención. Por ejemplo, tan solo cuatro días después de conocer las acusaciones contra Monedero, éste participó en un relevante acto del partido, para mayor coincidencia nombrado Con vosotras, Podemos. Algo que sorprende y no concuerda con las declaraciones que ahora da la actual secretaria general del partido: “Podemos actuó en cuanto tuvo conocimiento de los testimonios contra Juan Carlos Monedero, apartándole de la actividad del partido, tal y como solicitaron las víctimas”, asegura. Cabe preguntarse entonces por qué asistió al acto y los líderes del partido continuaron como si nada. Por qué siguieron mandándole mensajes de apoyo cuando tenían conocimiento de que existían víctimas.
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Y no solo eso: coincidiendo con “el bulo” que decía Monedero que se estaba difundiendo, en enero de 2024, anunció su salida de Canal Red, ariete mediático de la formación, donde presentaba el programa En la frontera. Pero su salida no tuvo nada que ver con este episodio, aparentemente, sino que se vinculó -el propio protagonista lo hizo-, a rencillas ideológico-estratégicas con Iglesias: “No es fácil pelear desde la izquierda que molesta. (...) No creo que sea lo más eficaz, pero lo entiendo. (...) Más allá de desencuentros, quiero darle prioridad a la amistad con alguien a quien conozco desde sus tiempos de estudiante, a quien admiro y quiero”. Resumiendo: pese a conocer las acusaciones, Iglesias mantuvo a Monedero en su cadena.
No hubo investigación tras la denuncia
Tampoco se salva Irene Montero. Primero, contexto: del mencionado Con vosotras, Podemos, el titular que trascendió fue “es imprescindible que Irene Montero siga de ministra de Igualdad”. Lo pronunció Belarra. El PSOE había ganado las elecciones, o por ser más exactos, la posibilidad de mantener el gobierno. Los morados se volcaban aquellas semanas para que Montero mantuviera su cartera. Fue su secretaria de Estado y mano derecha, Ángela Rodríguez, conocida como ‘Pam’, quien en calidad de responsable de Feminismos en el partido había recepcionado los relatos de las presuntas víctimas de Monedero. Pero ahí estaba él, entre todas. Y nada se ha sabido hasta esta semana.
La respuesta que dio ‘Pam’ en aquel momento es que estos hechos se pondrían en conocimiento de la Comisión de Garantías de Podemos. ¿Y luego qué? Cabe preguntarse. Luego nada. No se continuó la investigación ni hubo ninguna comunicación. Tampoco se produjo una resolución formal de expulsión. Tras este suceso, Monedero siguió siendo militante. Pero la cuestión es que esta denuncia no era algo que pudiera sorprender al partido.
Javier Chicote, jefe de investigación de ABC, desveló en el programa Conspiranoicos el testimonio de una mujer que aseguraba que denunció ante Podemos las acciones de Monedero, pero que no obtuvo respuesta alguna. “Dice que descubrió que Irene Montero lo sabía, que Pablo Iglesias desde luego, y eso le generó bastante desazón. Dice que hubo algún movimiento de otras chicas para denunciarlo dentro del partido y no encontraron muchos apoyos. Esto era un secreto a voces y ahora ha estallado", ha asegurado el periodista.
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Tras saltar la polémica, Montero ha defendido que “a muchos hombres se les aparta solo cuando todo se hace público”, algo que, según defiende, no ocurrió en Podemos. Unas declaraciones con fondo partidista para competir con Sumar, para comparar a Errejón y Monedero y señalar que su partido le expulsó en cuanto se conocieron los comportamientos machistas. Pero no va de eso la cosa.
Las actuaciones de Ione Belarra, Pablo Iglesias e Irene Montero les sitúan en el corazón de este escándalo. Su silencio sobre la denuncia y los mensajes intercambiados con el supuesto agresor ahogan a un partido al que ya le costaba mantenerse a flote. Desde su nacimiento, muchos son los que han tratado de acabar con ellos. Más de 20 querellas han sido archivadas en los últimos diez años. Y aunque Podemos no nació específicamente como un partido feminista (solo hay que ver que fueron 4 hombres y una sola mujer los fundadores) el paso de Irene Montero por la cartera de Igualdad logró avances importantes. Entre otros, la permanencia del Pacto contra la Violencia de Género, que entró en vigor en 2017, la creación de una política pública de conciliación, la garantía del derecho al aborto y los derechos de las personas trans y LGTBI, además de que la educación sexual esté presente en el debate público o que se contabilicen todos los feminicidios (no solo los que se producían en el ámbito de la pareja). Y ahora, una denuncia de agresión sexual puede acabar con ellos. No la denuncia en sí, sino lo que hicieron con ella, como la ocultaron y permitieron que el agresor permaneciera cerca de sus víctimas como si nada. La derecha nunca se imaginó que se lo pusieran tan fácil.