Cálculos biliares: causas, síntomas y tratamiento

La colelitiasis puede no presentar síntomas o aparecer con signos muy dolorosos

Guardar
Una persona con dolor de
Una persona con dolor de estómago. (Adobe Stock)

Los cálculos biliares, también conocidos como colelitiasis, son depósitos sólidos que se forman en la vesícula biliar, un pequeño órgano situado debajo del hígado. Estos depósitos pueden variar en tamaño desde partículas diminutas hasta piedras grandes y pueden desarrollarse tanto en la vesícula biliar como en los conductos biliares.

Los cálculos biliares se originan cuando la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, presenta un desequilibrio en su composición, explican los profesionales de la Clínica Mayo, quienes aseguran que existen varias razones por las cuales se pueden formar estos cálculos.

Un exceso de colesterol en la bilis puede llevar a la cristalización de este compuesto, formando piedras en la vesícula. Además, una alta concentración de bilirrubina, que ocurre en enfermedades como la cirrosis hepática o infecciones del tracto biliar, también puede contribuir a la formación de cálculos.

Otro factor importante es el vaciamiento ineficaz de la vesícula biliar. Si esta no se vacía completamente o con la frecuencia adecuada, la bilis se concentra, favoreciendo la aparición de cálculos. Asimismo, la predisposición genética puede aumentar la probabilidad de desarrollar esta condición.

Síntomas de los cálculos biliares

Los síntomas de los cálculos biliares pueden variar desde ser inexistentes hasta causar molestias significativas, asegura la Clínica Mayo. Muchas personas pueden tener cálculos biliares sin presentar síntomas, mientras que otras experimentan episodios de dolor intenso.

El síntoma más característico es el dolor abdominal, generalmente localizado en la parte superior derecha del abdomen. Este dolor puede ser intermitente o constante y, en algunos casos, puede irradiarse hacia la espalda o el hombro derecho.

Otros síntomas comunes en quienes sufren de colelitiasis incluyen náuseas y vómitos, especialmente después de ingerir comidas ricas en grasa. También pueden presentarse problemas digestivos como hinchazón, gases y sensación de plenitud después de comer.

El Dr Cormillot nos explica qué es el SIBO, cómo se detecta y qué puede desencadenarlo.

En casos más graves, los cálculos pueden obstruir los conductos biliares, provocando cambios en el color de las heces y la orina. Las heces pueden volverse más claras y la orina más oscura. Si la obstrucción es severa, puede aparecer ictericia, una condición en la que la piel y los ojos adquieren un tono amarillento.

Tratamiento de los cálculos biliares

El tratamiento de los cálculos biliares depende de la presencia y gravedad de los síntomas. En algunos casos, si los cálculos no causan molestias, el médico puede optar por una vigilancia sin necesidad de intervención.

Cuando se requiere tratamiento, una opción es el uso de medicamentos para disolver los cálculos, aunque este método suele ser poco efectivo y requiere un tratamiento prolongado.

La opción más común para los cálculos sintomáticos es la colecistectomía, una cirugía para extirpar la vesícula biliar, explica los profesionales de la salud de la Clínica Mayo. Esta intervención puede realizarse mediante cirugía laparoscópica, un procedimiento mínimamente invasivo con una recuperación más rápida.

En ciertos casos, se puede recurrir a la litotricia por ondas de choque, una técnica que fragmenta los cálculos en partículas más pequeñas para facilitar su eliminación. Para cálculos en los conductos biliares, los médicos pueden emplear procedimientos endoscópicos para extraerlos sin necesidad de cirugía abdominal.

Guardar