Un pediatra explica la manera en la que los padres pueden conseguir que sus hijos duerman solos: “Primero le vendes la moto”

Carlos González destaca cuál es la edad a la que es más fácil que los niños puedan empezar a dormir en su propia cama

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Un niño durmiendo en la
Un niño durmiendo en la cama de sus padres. (Pexels)

Son muchos los padres que sienten miedo de que sus hijos, si duermen durante una temporada en la cama con ellos, se acostumbren a esta dinámica y ya resulte casi imposible que se marchen a su propia habitación. Sin embargo, también es muy frecuente que se realice este hábito, especialmente durante los primeros años de vida del niño. Por este motivo, en la mayoría de familias surge la incógnita de a qué edad es preferible que los niños comiencen a dormir solos o cuál es la mejor manera para que este proceso se realice sin causarle angustia al hijo.

El pediatra Carlos González ha dedicado uno de los capítulos de su pódcast Criando sin miedo a esta cuestión, incidiendo especialmente en la importancia de entender que “no hay una sola manera correcta de criar a nuestros hijos”: “Algunos solo han dormido con sus hijos excepcionalmente porque el niño ha tenido una pesadilla, tuvo fiebre, le pasó algo..., otros han dormido con su hijo casi cada noche durante unos meses o unos años. Y no tiene ninguna importancia, no se crea ninguna dependencia y no es ningún problema”.

Sin embargo, llega una cierta edad en la que los padres desean que su hijo vaya desarrollando una cierta autonomía en el sueño, pasando a dormir a una cama separada o en otra habitación. “Antes de los tres años, en la mayoría de los casos, es difícil, no nos engañemos. Los niños de menos de tres años normalmente van a tener mucho interés en dormir en la cama de sus padres”, explica el experto. Sin embargo, a partir de esta edad es mucho más factible que pueda marcharse de una forma menos angustiosa si se le explica la situación, aunque, por supuesto, hay muchos casos.

La recomendación del pediatra

Este cambio de hábito puede ser algo complicado para los niños especialmente al principio. Por ello, el pediatra Carlos González destaca la importancia de tratar el tema no como una imposición, si no dándole opciones: “Primero le vendes la moto, ¿no? ‘Mira, cariño, ahora tendrás tu propia cama para ti solo, porque ya eres mayor y vamos a comprar unas sábanas, las que más te gusten. ¿Pueden ser de Spiderman? Sí, cariño, pueden ser de Spiderman. ¿Pueden ser de Frozen? Sí, cariño, pueden ser de Frozen, ya las buscaremos’”.

El pediatra destaca la importancia
El pediatra destaca la importancia de dar opciones al niño para que no sienta el dormir solo como una obligación (Pexels)

De esta manera, el niño se sentirá partícipe de la decisión y podrá elegir la cama a su gusto. El paso de dormir en otra habitación puede ser muy grande en algunas situaciones, por lo que González también explica que es posible poner una cama separada en el cuarto de los padres. Además, resultará más sencillo el cambio de hábito si se le destaca al pequeño la posibilidad de regresar si es necesario: “‘Mira, cariño, si alguna noche quieres venir a dormir con papá y mamá, puedes venir, pero no hagas ruido, que papá y mamá tienen que dormir, y primero pasa por el baño’. Si se lo explicas así, muchos niños se sienten tan confiados, tan seguros, que a veces vienen y otras ni siquiera vienen”.

Estos regresos puntuales de los niños a la cama de sus padres son vistos por algunas familias como un retroceso, algo que González ha negado: “Simplemente es adaptarse a las necesidades cambiantes”. El hijo puede necesitar en alguna ocasión la compañía de sus padres, por lo que el proceso no será lineal y esto no debe ser motivo de frustración.

Por el contrario, si el cambio se establece como una imposición, la separación puede resultar demasiado brusca: “Si en vez de darle opciones le dices: ‘y nunca más dormirás con papá y mamá, porque dormir con papá y mamá es de bebés pequeñitos y tontos, ¿verdad que tú no quieres ser un bebé pequeñito y tonto?’ Pues entonces no tienes que dormir nunca más con papá y mamá’, probablemente le va a entrar tanta angustia que se va a poner a llorar”.

El pediatra destaca la importancia de atender a las necesidades del niño, valorar la posibilidad de que el proceso sea gradual y plantear el cambio como algo beneficioso para el pequeño, no como un castigo o un acto del que debería avergonzarse.

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