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El silencio en una pareja puede interpretarse como un problema y se tiende a pensar que es causado por un distanciamiento emocional, falta de comunicación o una manera de evitar conflictos. En estos casos, la ausencia de diálogo puede generar malentendidos, resentimiento y una sensación de soledad dentro de la relación.
En ocasiones, resulta extraño la ausencia de interacción entre ambos. En cambio, no tiene por qué ser perjudicial para la pareja tener momentos de calma. El punto importante reside en saber diferenciar cuándo el silencio puede convertirse en un aliado que refuerce el vínculo o, al contrario, que consiga romper la pareja.
“Ley del hielo”, un silencio peligroso
Según el equipo de Centro de Psicología Sandra Ribeiro, especializado en relaciones humanas y vínculos emocionales: “Cuando hablamos de la “Ley del Hielo” en la pareja, nos referimos al silencio prolongado o el trato frío que puede erosionar la relación de pareja”. El equipo apunta que este es un comportamiento con el que una de las personas “ignora, evita o castiga con el silencio a la otra”.
Cuando se emplea esta actitud, lo que se consigue es distanciar a ambas partes, creando una “herida invisible que crece con el tiempo” y que, según indican las expertas del grupo, Sandra Ribeiro, es también “imposibles de salvar”. A veces, este silencio puede estar causado por enfados y acumulación de problemas sin resolver.
Cómo solucionar el distanciamiento
Cuando una pareja entra en una dinámica compleja de solucionar, los expertos recomiendan acudir a terapia, ya que en ella se podrán aprender herramientas necesarias para resolver el distanciamiento. En primer lugar, resulta imprescindible fomentar la comunicación efectiva, es decir, “verbalizar sus emociones y necesidades de manera respetuosa y sin culpa”, apuntan desde el Centro de Psicología Sandra Ribeiro.
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Por otro lado, también es importante reconocer las dinámicas de poder y las prioridades, que pueden “causar resentimiento y desconexión”. Así, del mismo modo, se deberán tratar los problemas acumulados: “Desenredar esos resentimientos puede abrir espacio para el perdón y la reparación emocional”, concreta el equipo psicológico. Todo ello, junto al trabajo en equipo con expectativas realistas y el esfuerzo para conseguir dinámicas de resolución de conflictos, puede reforzar la pareja.
La otra cara del silencio
Sin embargo, psicológicamente, el silencio no siempre es negativo. En muchas ocasiones, compartir momentos de calma sin necesidad de palabras puede fortalecer la conexión y generar un ambiente de confianza y comodidad. La psicóloga Virginia Satir, una de las pioneras de la terapia familiar, señalaba que el silencio puede ser un espacio necesario para el desarrollo individual.
Según explicó la psicóloga Emma Ribas para el medio Telva, el silencio también puede convertirse en “una herramienta de comunicación efectiva en pareja”. La doctora apuntó que el problema está en asociar el silencio con ignorancia o tristeza, cuando en otras culturas, como la asiática, está muy valorado no decir nada.
La experta en terapia de pareja, Emma Ribas, también destacó: “la ausencia de diálogo nos ayuda a ponernos en contacto con nuestro interior”. Estos momentos de calma pueden suponer una señal de profunda intimidad, en la que la pareja no necesita comunicarse verbalmente para disfrutar del tiempo juntos.