Alice Weidel, el rostro de la ultraderecha alemana que tiene a Elon Musk en el bolsillo: defiende la familia tradicional pero es lesbiana y tiene dos hijos

La candidata a canciller va segunda en los sondeos de las elecciones que se celebrarán este domingo

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Montaje de Infobae España
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Nadie puede dejar de hablar de Alice Weidel, el personaje más controvertido internacionalmente de las elecciones alemanas. Es el rostro del partido de la extrema derecha alemana y su papel ha recibido el apoyo de figuras como Elon Musk o el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance.

Candidata a la Cancillería por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), se encuentra en el centro de la atención política en Alemania, mientras su partido duplica los resultados obtenidos en las elecciones de 2021, alcanzando un 21% en las encuestas.

La líder de AfD ha logrado posicionarse como una figura clave en el escenario político alemán, a pesar de las profundas contradicciones entre su vida personal y las posturas de su partido.

Su partido apoya la familia tradicional, de hombre y mujer que procrean para tener hijos. Sin embargo, Weidel se ha autoproclamado feminista, es lesbiana y tiene dos hijos con su mujer, con la que no vive en Alemania, sino en Suiza.

Esta dualidad entre su vida personal y las políticas de su partido ha generado críticas y cuestionamientos, especialmente entre los votantes más conservadores de AfD. A pesar de ello, figuras del partido, como Beatrix von Storch, han defendido su liderazgo, argumentando que su caso demuestra la “tolerancia” dentro de la formación.

El apoyo del hombre más rico del mundo

Este ascenso ha sido impulsado, en parte, por el apoyo de figuras internacionales como Elon Musk y el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, quienes han respaldado públicamente a la formación ultraderechista.

El respaldo de Musk, quien en un artículo de opinión calificó a AfD como “la única tabla de salvación para Alemania”, marcó un punto de inflexión en la campaña de Weidel. El magnate incluso organizó una charla en su plataforma X, donde discutió temas como la burocracia alemana y el legado histórico del nazismo.

Sin embargo, la política alemana ha rechazado que se la asocie con el nazismo, a pesar de que su abuelo perteneció a las SS (servicio secreto alemán de Hitler). En una cadena de televisión alemana Weidel se justificó y negó las afirmaciones diciendo que “Adolf Hitler era de izquierdas”.

Este apoyo internacional ha elevado a Weidel al estatus de estrella política, consolidando su imagen entre los seguidores del partido. Sin embargo, su figura sigue siendo objeto de controversia, tanto por su retórica incendiaria como por su vida privada.

SpaceX CEO Elon Musk gestures
SpaceX CEO Elon Musk gestures as he speaks on-screen during a central election campaign event of the AfD in Halle (Saale), Germany, January 25, 2025. REUTERS/Karina Hessland

Weidel, de 45 años, representa un perfil atípico dentro de la extrema derecha alemana. En un partido formado casi al completo por hombres conservadores de economía y pensamiento, la mujer combina un nacionalismo alemán extremo con ataques a la globalización y la inmigración.

Según varios medios alemanes, ha calificado al presidente ucraniano Volodimir Zelenski como “un orador con traje de camuflaje, presidente de guerra y mendigo”, y ha criticado duramente movimientos estudiantiles contra el calentamiento glocal como Fridays for Future, calificándolos de “estupidez acumulada”.

Además, ha utilizado términos despectivos para referirse a sus oponentes políticos, como “gobierno de sardinas” o “figuras de feria”, y ha equiparado la política sanitaria alemana con la higiene bucal del ministro de Salud.

En un correo electrónico filtrado de 2013, Weidel se refirió al Gobierno de la entonces canciller Angela Merkel como “cerdos” y “marionetas de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial”, que intentan sofocar al pueblo alemán a través de la importación de extranjeros, una narrativa frecuente de los extremistas de derechas en Alemania.

Un ascenso meteórico

La política nació el 6 de febrero de 1979 en Gütersloh, en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Weidel creció en una familia marcada por el desplazamiento tras la Segunda Guerra Mundial. Su interés inicial por la medicina fue frustrado por su padre, quien la orientó hacia la economía.

Su carrera profesional la llevó a trabajar en instituciones financieras de renombre como Goldman Sachs y Credit Suisse, así como en el Bank of China durante su estancia en Asia.

Alice Weidel. (REUTERS/Karina Hessland)
Alice Weidel. (REUTERS/Karina Hessland)

A los 36 años, había acumulado una experiencia que podría haberla llevado a ocupar un puesto en el Banco Mundial. Sin embargo, en 2013 decidió unirse a AfD, un partido que en ese momento se centraba en el euroescepticismo. Su afiliación fue motivada por una discusión con su pareja, la cineasta originaria de Sri Lanka, Sarah Bossard, quien la instó a canalizar sus críticas hacia la política alemana en acciones concretas.

La radicalización de AfD

Desde su fundación, AfD ha evolucionado de un partido liberal y euroescéptico a una formación marcadamente radical, con un enfoque centrado en la oposición a la inmigración. Weidel ha desempeñado un papel clave en esta transformación, normalizando las posturas más extremas del partido mientras mantiene una imagen pública calculada.

Su relación con Björn Höcke, líder del ala más radical de AfD, ilustra esta estrategia. Aunque en 2017 abogó por su expulsión, actualmente aparece junto a él en mítines, consolidando una alianza que refuerza la unidad interna del partido.

En los últimos meses, Weidel ha intensificado su discurso antiinmigración, utilizando términos como “remigración” para referirse a la deportación masiva de migrantes. Esta retórica ha generado preocupación en un país con una historia marcada por el nazismo, lo que ha llevado a otros partidos a mantener un cordón sanitario alrededor de AfD.

El canciller Olaf Scholz ha sido enfático al respecto, afirmando que “el compromiso con el ‘nunca más’ no es conciliable con el apoyo a AfD”.

A pesar de su creciente protagonismo, Weidel sigue siendo un enigma para muchos. La periodista Julie Kurz, quien ha seguido de cerca su trayectoria, describe a la candidata como una persona con múltiples facetas, que adapta su comportamiento según el contexto, como ha explicado a El País.

En entrevistas, Weidel puede mostrarse incómoda y evasiva, especialmente cuando se le cuestiona sobre las incoherencias entre su vida personal y las políticas de su partido. De hecho, recientemente esta tensión se vio en directo en un programa donde ciudadanos le preguntaron sobre su orientación sexual.

Al considerar el partido para el que milita fuertemente homófobo, la audiencia se mostró curiosa por saber cómo podía cuadrar las ideas del partido con las suyas propias. Weidel reaccionó visiblemente molesta, evitando responder directamente.

Su papel en las elecciones.

Alice Weidel y Olaf Scholz, candidatos oficiales de AfD y SPD para las elecciones alemanas.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, las encuestas colocan a AfD como la segunda fuerza política en Alemania, con un 22% de intención de voto.

Sin embargo, es poco probable que el partido logre formar gobierno debido al rechazo unánime de las demás formaciones. A pesar de ello, el ascenso de Weidel y AfD refleja un cambio significativo en el panorama político alemán, marcando un desafío para las fuerzas tradicionales.

En calidad de canciller hipotética, Weidel ha manifestado su intención de viajar a Washington y Moscú con el objetivo de impulsar el fin de la guerra en Ucrania, dado que, según ella, Kiev ha renunciado a tomar una postura al respecto. Además, ha criticado lo que considera una escalada bélica que, a su juicio, pone en riesgo la seguridad de Alemania.

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