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Tras una semana marcada por el buen tiempo, con un ambiente “más propio de finales de marzo o comienzos de abril”, vuelven las lluvias generalizadas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé un fin de semana pasado por agua en buena parte del país.
El viernes, la entrada de un frente atlántico dejará cielos cubiertos a su paso y precipitaciones que afectarán a la mitad occidental peninsular. Las lluvias serán más abundantes en el oeste del sistema Central y del area cantábrica, así como en Galicia, pudiendo darse acumulados significativos en el oeste de esta comunidad, donde “se esperan chubascos fuertes acompañados ocasionalmente por tormentas durante la tarde”, según la AEMET. Por su parte, en Baleares y en el nordeste peninsular, la entrada de humedad mediterránea dejará un ambiente nuboso. Podrán caer chubascos débiles y dispersos en la mitad norte del Mediterráneo.
El sábado, el frente que el día anterior llegó a la península terminará de atravesarla, conforme detalla la AEMET. Llegará hasta el Mediterráneo y a su paso dejará lluvias y chubascos, aunque las nubes se irán dispersando conforme avance el día. Del mismo modo, el domingo, la entrada de altas presiones por el oeste estabilizarán la atmósfera en la mayor parte la dejando los cielos poco nubosos, salvo en el área mediterránea, donde persistirán los cielos nubosos con precipitaciones ocasionalmente moderadas tendiendo a remitir al final del día.
Lluvia de sangre en Andalucía
Durante la pasada jornada, vientos de componente sur arrastraron hasta Andalucía el polvo sahariano. Este fenómeno, conocido como calima, se produce cuando las rachas de viento arrastran partículas del desierto. Y aunque las lluvias generalizadas llegarán el fin de semana, el portal meteorológico elTiempo, señalaba que podrían darse las conocidas como lluvias de barro o de sangre en zonas del interior oriental de Andalucía o incluso de Murcia, donde está previsto que caiga algún chubasco por la tarde, pueden dejar depósitos de barro.
La llamada “lluvia de sangre” hace referencia a aquellas precipitaciones que contienen en su interior partículas de polvo, arena u otros componentes del desierto que el viento arrastra desde el norte de África. La unión del agua y el polvo se convierte en barro que adopta un tono rojizo y que es en el que se basa el apodo de este fenómeno frecuente en España, pero que también afecta a más países.
No es dañino ni potencialmente peligroso, pero aún así habrá que tomar algunas precauciones para evitar, por ejemplo, que los vehículos u otros objetos que se dejan en el exterior se ensucien. Del mismo modo, deberemos asegurarnos de que las ventanas de casa quedan cerradas y de que no nos hemos dejado ninguna prenda de ropa fuera, la cual podría mancharse con estas particulares precipitaciones. Del mismo modo, habrá que tomar precauciones si disponemos de plantas o de un jardín al aire libre, pues la lluvia de sangre podría dañar estas zonas.