Esta es la mejor forma de limpiar los zapatos: quedarán como nuevos y no dañarás el material

Los usamos todos los días. Tenemos varios pares, pero siempre solemos decantarnos por unos en concreto, normalmente por los más cómodos. Y es precisamente por el que no queremos que se estropeen. Y para ello, es imprescindible un buen mantenimiento.

Mantener los zapatos en buen estado no solo mejora su apariencia, sino que también prolonga su vida útil. Ahora bien, la limpieza debe hacerse con el método adecuado según el tipo de material para evitar daños. A continuación, te explicamos cómo limpiar correctamente distintos tipos de calzado.

El cuero es un material delicado que requiere un cuidado especial para evitar grietas o desgaste prematuro. Para limpiarlo, sigue estos pasos:

1. Lo primero que hay que hacer es retirar el polvo y la suciedad superficial con un paño seco o un cepillo de cerdas suaves.
2. Después, prepara una mezcla de agua tibia y jabón neutro. Humedece un paño y pásalo suavemente por la superficie de cada zapato.
3. Cuando hayas aplicado la mezcla por toda la superficie, seca con otro paño limpio y aplica crema hidratante específica para cuero para mantener la flexibilidad del material.
4. Si no consigues quitar todas las manchas, usa vinagre blanco diluido en agua y frota con cuidado.

La gamuza es aún más sensible que el cuero, por lo que no debe mojarse en exceso. Para limpiarla:

1. Usa un cepillo especial para gamuza y frota suavemente para eliminar la suciedad.
2. Si hay manchas, utiliza una goma de borrar o un paño ligeramente humedecido con vinagre blanco.
3. Para eliminar marcas de agua, pasa un paño seco y deja secar a la sombra.

Las zapatillas acumulan suciedad con facilidad. De esta forma, limpiarlas correctamente evita que se deterioren rápidamente:

1. Para hacerlo, quita los cordones y plantillas y lávalos por separado con agua y jabón.
2. Después, cepilla la superficie con una mezcla de agua y detergente neutro. Nunca metas las zapatillas en la lavadora, ya que esto puede debilitar la estructura del calzado.
3. Deja secar al aire libre, evitando la exposición directa al sol.

Finalmente, los zapatos de tela, como alpargatas o zapatillas de lona, pueden limpiarse fácilmente con estos pasos:

1. Cepilla la superficie seca para eliminar el polvo acumulado.
2. Una vez lo hayas limpiado, aplica una solución de agua con bicarbonato de sodio y vinagre blanco para quitar manchas. Usa un cepillo de dientes viejo para frotar las áreas más sucias.
3. Para acabar, déjalos secar completamente al aire libre, sin usar secadoras ni fuentes de calor directas.

Además, de la limpieza, el almacenamiento también juega un papel clave en la conservación del calzado. Guardarlos en un lugar seco y bien ventilado ayuda a prevenir la humedad y los malos olores.

Otro aspecto importante es evitar sumergir por completo los zapatos en agua si no están diseñados para ello. La exposición excesiva a la humedad puede deteriorar ciertos materiales y afectar la estructura del calzado.

Además, la limpieza regular impide que la suciedad se acumule y dificulte su eliminación. Un mantenimiento constante facilita la conservación del calzado en mejores condiciones. Por último, evita siempre los productos abrasivos.