En qué se diferencia el sistema electoral alemán del español

Esta es la primera vez que las elecciones alemanas van a seguir un sistema diferente al utilizado históricamente

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EFE/EPA/BRITTA PEDERSEN/Archivo
EFE/EPA/BRITTA PEDERSEN/Archivo

El próximo domingo 23 de febrero Alemania convocará a 59,2 millones de ciudadanos a las urnas para elegir a un nuevo parlamento y a un nuevo canciller. Las elecciones son anticipadas porque el mandatario actual, Olaf Scholz, perdió una moción de confianza de su gobierno en diciembre.

El proceso electoral alemán es conocido por su complejidad, pues se trata de un sistema mixto. Más complejo será este año para los votantes, porque con la recién aprobada ley electoral, se reduce el número de los diputados del Parlamento, conocido como Bundestag.

Y es que es el parlamento formado por elecciones libres más numeroso del mundo: actualmente hay 733 personas sentadas en el hemiciclo, pero tras estas elecciones solo ocuparán los huecos 630 diputados.

Las elecciones al Bundestag de Alemania se rigen por un sistema electoral de “representación proporcional personalizada”. Esto significa que los alemanes votan tanto a personas específicas como a listas de partidos que después se distribuyen proporcionalmente los escaños.

Dos votos, una papeleta

El sistema electoral alemán otorga a cada votante dos votos que se emiten en una única papeleta doblada por la mitad. Según detalló Cadena SER, el primer voto, denominado Erstestimme, se utiliza para elegir a un candidato que representará a uno de los 299 distritos electorales en los que está dividido el país.

Detail view of a ballot
Detail view of a ballot paper for the upcoming general elections in Augsburg, Germany, February 11, 2025. REUTERS/Angelika Warmuth

Este proceso se basa en una mayoría simple: el candidato que obtenga más votos en su distrito asegura un escaño directo en el Parlamento. Este mecanismo cubre la mitad de los escaños parlamentarios.

Por otro lado, el segundo voto, llamado Zweitestimme, es el que realmente define la composición del Bundestag. En este caso, los ciudadanos eligen a un partido político a través de listas cerradas. Este voto es crucial, ya que determina la proporción de escaños que cada partido ocupará en el Parlamento. Este sistema busca equilibrar la representación directa de los distritos con la proporcionalidad de los partidos a nivel nacional.

El <i>Bundestag </i>y los escaños adicionales

El Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, cuenta con 598 escaños fijos. Sin embargo, este número puede aumentar debido a los llamados “asientos adicionales” (Überhangmandate), diseñados para garantizar que la representación parlamentaria sea proporcional al número de votos obtenidos por cada partido.

Los partidos políticos deben superar un umbral mínimo del 5% de los votos para ingresar al Bundestag. Este requisito, conocido como “cláusula del cinco por ciento”, tiene como objetivo evitar la fragmentación excesiva del Parlamento y garantizar la estabilidad del sistema político.

Sin embargo, otra de las novedades de la reestructuración de la ley electoral es que ya no existirán ni los mandatos compensatorios ni los de excedencia, es decir, algunos de estos escaños extra han sido suprimidos.

Este año han hecho campaña electoral 29 partidos, una reducción considerable desde las elecciones anteriores que marcaron un récord histórico con la participación de 42 partidos políticos, la cifra más alta desde la reunificación del país en 1990.

Entre ellos, se presentan grandes formaciones como la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Alternativa para Alemania (AfD) y el Partido Socialdemócrata (SPD). También otros partidos menores y regionalistas. De acuerdo con las encuestas más recientes, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Friedrich Merz lidera en intención de voto, seguida por Alternativa por Alemania (AfD) y el Partido Socialdemócrata (SPD).

German conservative candidate for chancellor
German conservative candidate for chancellor and Christian Democratic Union (CDU) party leader Friedrich Merz looks on during a campaign event, in Halle, Germany, February 18, 2025. REUTERS/Karina Hessland

¿Cómo se elige al canciller?

El canciller de Alemania, quien es actualmente Scholz, es el jefe de gobierno y la figura política más importante del país, se elige mediante un proceso parlamentario establecido en la Ley Fundamental de 1949.

Después de las elecciones generales, el presidente federal propone a un candidato para este cargo. Generalmente, suele ser el líder del partido o coalición que haya obtenido la mayoría de escaños en el Bundestag.

Posteriormente, todos los miembros del parlamento votan para confirmar al candidato. Para su elección, el aspirante necesita una mayoría absoluta de votos (es decir, más del 50% de los diputados).

Si no se alcanza esta mayoría en la primera votación, pueden realizarse hasta dos rondas adicionales. En caso de que tampoco se logre un consenso, el presidente federal puede nombrar al candidato con más votos como canciller en funciones o disolver el parlamento y convocar nuevas elecciones.

Requisitos para votar y el impacto del sistema en la democracia

Todos los ciudadanos alemanes mayores de 18 años tienen derecho a votar en estas elecciones. La complejidad del modelo electoral es tal que incluso muchos ciudadanos alemanes no comprenden completamente su funcionamiento.

Aquellas personas que se encuentren en el extranjero, debieron solicitar sus papeletas por correo antes del 3 de febrero. De no haberlo hecho, tendrán que acudir personalmente a las urnas si quieren procesar su derecho a voto.

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El diseño del sistema electoral alemán tiene implicaciones significativas para la gobernabilidad del país. Al dificultar la obtención de mayorías absolutas, fomenta la formación de coaliciones entre partidos, lo que puede dar lugar a gobiernos más representativos, pero también más dependientes de acuerdos políticos.

El sistema electoral alemán destaca por su singularidad en comparación con otros modelos democráticos. Mientras que en países como España se utiliza un sistema de listas cerradas y bloqueadas, el modelo alemán combina la representación directa con la proporcionalidad, ofreciendo un equilibrio entre la elección de candidatos individuales y la representación de partidos políticos.

El próximo gobierno deberá afrontar problemas urgentes como la recesión económica que afecta al país por segundo año consecutivo y las tensiones derivadas del auge de AfD. Asimismo, se espera que los resultados determinen si será posible formar una coalición mayoritaria o si Alemania enfrentará meses de incertidumbre política antes de consolidar un nuevo ejecutivo.