Sin un programa de televisión en el que contar sus aventuras, Frank Cuesta ha convertido su canal de YouTube en su mejor herramienta para trabajar y seguir en contacto con sus seguidores. En él no solo comparte vídeos de sus aventuras y hazañas, también novedades de su vida en Tailandia y sobre su vida personal.
Así lo ha hecho en su nuevo vídeo, en el que ha desvelado el nuevo problema personal al que se tiene que enfrentar. Según cuenta, su exmujer, Yuyee, ha interpuesto “tres querellas criminales” contra él. Por esto se le pide cárcel, deportación y dinero, según explica.
“Son tres querellas en una, todo esto se empezó a fraguar el 13 de noviembre. Mis sospechas cuando vinieron de inmigración y la policía, no eran infundadas. Ya me olía de quién venía. La policía animal me advirtió de lo que iba a pasar”, narra, y es que la policía se presentó en su santuario a raíz de una denuncia anónima.
Detrás de estas denuncias está la madre de sus hijos, con quien tiene una relación muy tensa desde hace un tiempo. “Son tres querellas en una para destruirme. No se ha puesto para ganar algo, ha sido para destruirme a mí, al santuario y como daño colateral hacerle daño a Zorro”, dice sobre a su hijo pequeño, quien asumió la responsabilidad de tener a su nombre el santuario al cumplir la mayoría de edad.
“La primera denuncia dice que he hecho una campaña contra ella y que por mi culpa su imagen se ha deteriorado, que he destrozado su imagen pública y que no consigue los trabajos que quiere”, explica Frank. Sin embargo, esto no sería así, pues en Tailandia este tema entre él y su exmujer no tiene interés mediático y no le afectaría.
La segunda de las denuncias tienen que ver con los directos que Frank Cuesta hizo en sus redes sociales para recaudar el dinero que necesitó para recomprar a Yuyee el santuario. En total le entregó 167.000 euros, una cantidad muy grande en el país asiático. Sería, por lo tanto, una querella por un supuesto delito fiscal, al que se suman acusaciones de “abusos de animales” y de no tener “un permiso de trabajo específico para YouTube”.
Graves consecuencias
En cuanto a la tercera querella, explica Cuesta se debería a la tenencia de protegidos dentro del santuario que no estarían en las mejores condiciones posibles y que utilizaría para hacer vídeos. “Dice que me he montado un zoo en animales ilegales. Puedo ir a la cárcel, me pueden deportar y además pueden ponerme una multa gorda”, narra sobre este último punto.
Tras conocer esta información, Cuesta decidió ponerse en contacto con un abogado que le recomendó salir del país “porque me iban a empapelar”. Él, de momento, ha decidido no hacerle caso y espera continuar viviendo en Tailandia, donde lleva 27 años y donde previamente no ha tenido “un solo problema legal”. “Yo no me voy a ir de aquí hasta que me echen”, ha advertido.
El próximo 6 de marzo el herpetólogo tiene que ir al juzgado a declarar, un nuevo problema en medio de su tratamiento contra el cáncer que ha cambiado la visión que tenía de la madre de sus hijos. De hecho, ha recordado que “yo soy el que mantiene a la familia y todo esto va a dañar a muchos seres humanos y no humanos. Es algo muy ruin, muy sucio y que no voy a perdonar jamás”.
