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A lo largo de las décadas, Isabel Preysler se ha convertido en una figura indispensable en la prensa del corazón española. Su carisma, elegancia y romances la han convertido en un símbolo de sofisticación y le han otorgado el título de ‘Reina de corazones’. Este martes 18 de febrero, cumple 74 años y su vida sigue despertando interés, ya sea por sus relaciones amorosas, su rol como madre y abuela o su disciplinada rutina para conseguir una salud de hierro.
Desde que contrajo matrimonio por primera vez con solo 19 años, Isabel ha protagonizado algunas de las historias de amor más mediáticas de España.
Julio Iglesias: el inicio de una vida bajo los focos
La joven filipina conoció a Julio Iglesias en 1970 durante una fiesta organizada por la familia Terry. Su magnetismo cautivó al entonces emergente cantante, y un año después contrajeron matrimonio en una boda multitudinaria en Illescas, Toledo. De su unión nacieron Chábeli, Julio José y Enrique Iglesias. Sin embargo, en 1978 su matrimonio llegó a su fin, marcando el inicio de la intensa exposición mediática de Isabel.
Carlos Falcó: amor y nobleza
Tras su divorcio de Iglesias, Preysler encontró el amor en Carlos Falcó, marqués de Griñón. Su amor surgió entre los círculos de la más alta sociedad madrileña y su romance floreció rápidamente. “Cuando entré, vi la sorpresa en el rostro de Carlos. Sonreímos, divertidos por la coincidencia. No se separó de mí en toda la noche”, explicó ella en sus memorias tras encontrárselo por segunda vez en una cena con amigos. En 1980 se casaron en una ceremonia discreta y en 1981 nació su hija, Tamara Falcó, quien con los años ha forjado su propia identidad en el mundo social y televisivo.
La relación, sin embargo, terminó en 1985, cuando Isabel conoció a Miguel Boyer. Entre rumores de un supuesto affair con el ministro de Felipe González y un marido cegado de amor, la socialité no pudo aguantarlo más y acabó pidiendo el divorcio al marqués de Griñón. “¿Qué faltó en esa relación? Bueno, francamente, se cruzó Miguel en el camino. No fue culpa de Carlos, fue mía, qué quieres que te diga. Lo sentí muchísimo por él, pero me enamoré”, explicaría ella más tarde.
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Miguel Boyer: estabilidad y una historia de 30 años
El exministro de Economía, Miguel Boyer, fue el tercer gran amor de Isabel. Se conocieron en reuniones con amigos en común y, con el tiempo, su relación se volvió inquebrantable. Se casaron en 1988 y en 1989 nació su hija Ana Boyer. Y, a diferencia de sus relaciones anteriores, esa “fascinación” que describió la reina de corazones le llevó a permanecer juntos hasta la muerte de Boyer, en 2014.
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Mario Vargas Llosa: una relación inesperada
En 2015, Isabel sorprendió al mundo al iniciar un romance con el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Su historia fue ampliamente comentada por los medios del corazón, en parte porque el escritor aún estaba casado cuando comenzaron a salir. Sin embargo, su amistad surgiría muchos años antes, cuando Isabel ejerció de periodista y se puso a los mandos de la revista ¡Hola! para entrevistar al autor de La ciudad y los perros en el año 1986.
Tras anunciarse su relación, un hecho que supuso un distanciamiento de Llosa con toda su familia, ambos vivieron ocho años de amor en la casa de ella en el barrio madrileño de Puerta de Hierro. No obstante, en 2022 decidieron poner fin a ella. “La última ruptura no me dolió nada”, confesó la filipina en una entrevista en El Hormiguero.
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Una abuela implicada y cariñosa
Como legado a sus cuatro relaciones, Preysler fue madre de cinco hijos y, por consecuencia, es abuela de ocho nietos. La aristócrata consiguió el título cuando su primogénita trajo al mundo en 2002 a Alejandro, de ahora 23 años, y después a Sofía, de 11. Por otro lado, Enrique Iglesias tuvo con Anna Kournikova a los mellizos Nicholas y Lucy, de 7 años, y, en 2020, llegó al mundo la pequeña Mary.
Por último, la ‘Perla de Manila’ se convertía en abuela por octava vez en abril del pasado año, tras la llegada del tercer hijo de Ana Boyer y Fernando Verdasco, Martín. Después de nacer en 2019 el primero de la casa, Miguel, y en 2020, Mateo. Sin embargo, tras convertirse en familia numerosa, era la hija pequeña de Isabel Preysler quien revelaba a los medios cómo se comporta cuando está con sus nietos.
“Es totalmente consentidora. Mis hijos ponen una cara un poco rara, le piden algo, y consiguen todo”, empezaba explicando la mujer del tenista. Además, confesó una faceta muy inesperada de su madre: “La ves, juegan al escondite y la ves ahí, tirada en el suelo, escondida detrás de una mesa, de todo”
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Una alimentación estricta y sin concesiones
A lo largo de los años, Isabel Preysler ha sido un referente de elegancia y sofisticación, y su imagen impecable ha despertado la curiosidad de muchos. Más allá de los tratamientos estéticos y su estilo de vida exclusivo, uno de los aspectos clave de su apariencia es la alimentación. La socialité sigue una dieta meticulosa, basada en ingredientes saludables y en hábitos muy concretos que le han permitido mantener su figura esbelta y su piel radiante a los 74 años.
La reina de corazones tiene muy claro que los cereales integrales, las verduras y la soja juegan un papel fundamental. Su alimentación incluye batidos verdes detox con espinacas, brócoli y manzana verde, así como platos de cuchara, como las lentejas, que suele consumir sin ingredientes grasos.
Además, tal y como aseguró Tamara Falcó en su libro de cocina Las recetas de casa de mi madre, entre los alimentos que evita destacan las carnes rojas, los productos lácteos, los refrescos azucarados y el azúcar blanco, que sustituye por sirope de agave o stevia. Sin embargo, no es completamente inflexible y se permite ciertos antojos, como las hamburguesas y perritos calientes los viernes durante su noche de cine en casa. Además, no consume especias picantes y prefiere bebidas naturales en lugar de refrescos.
Más que una dieta estricta, su alimentación es un estilo de vida basado en la moderación y la elección de alimentos nutritivos. Y es que, de vez en cuando, también se permite un pequeño capricho. La madre de Enrique Iglesias es una apasionada del chocolate negro, aunque siempre intenta comerlo al 70%, para evitar la leche y los azúcares añadidos. “Lleva una tableta en el bolso. Fuimos de vacaciones a Maldivas y se llevó seis”, explicó la marquesa de Griñón en El Hormiguero.