Enterrar dinero, la práctica que estropea millones de euros en Portugal

La costumbre de los portugueses para proteger su dinero ha causado destrozos por valor de 13,8 millones de euros

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Un trabajador del Área de
Un trabajador del Área de Operaciones con Efectivo del Banco de Portugal maneja un fajo de billetes de 20 euros manchados de tinta. (EFE/Carlos Caselles)

Enterrar dinero para ocultarlo es la principal causa de que el Banco de Portugal haya tenido que reponer en la última década 316.000 billetes estropeados por valor de 13,8 millones de euros.

“La creatividad de la gente en lo que se refiere a esconder dinero no tiene límites”, aseguró irónico a EFE José Luís Ferreira, coordinador del Área de Operaciones con Efectivo del banco central luso en Carregado, a las afueras de Lisboa.

Un ejemplo es el del difunto que fue inhumado con varios billetes en el bolsillo, cuyo caso llegó a esa unidad a través del Instituto Nacional de Medicina Legal, que en nombre de su familia pidió la restitución del dinero debido a su deterioro.

Rodeado en la sede de Carregado por fajos de billetes mojados, quemados y triturados por roedores, Ferreira recordó otro episodio, donde se encontraron cientos de monedas en el fondo de las Grutas de Mira de Aire, a 15 kilómetros del santuario de Fátima, que les llegaron a través de los bomberos. Eran tantas las monedas que acabaron llenando nueve bidones.

«Instinto humano» de proteger lo que se considera valioso

La mayoría de los casos que llegan al departamento de Ferreira están relacionados con el entierro de dinero, una práctica que el responsable relaciona con el “instinto humano” de proteger aquello que se considera valioso.

“Lo que creemos, y esto es especulación, es que las personas entierran su dinero porque quieren tener la posibilidad de decidir sobre él sin depender de los bancos”, resumió Ferreira, que confesó no tener “ni idea” de los motivos que llevan a los portugueses a guardar efectivo bajo tierra. “Nadie espera ya que del dinero brote un árbol o una planta”, bromeó.

Una trabajadora del Área de
Una trabajadora del Área de Operaciones con Efectivo Banco de Portugal maneja un fajo de billetes de 50 euros estropeados por la humedad. (EFE/Carlos Caselles)

Los daños más habituales del dinero inhumado tienen que ver con la humedad, lo que el año pasado obligó al Banco de Portugal a reponer 19.983 billetes de 20 euros y 11.933 billetes de 50 euros, los más comunes.

“Pero la casuística es mucho más amplia”, aseguró Ferreira, que dice haber visto “de todo” en sus 34 años al frente de la división de efectivo de la autoridad monetaria portuguesa.

Los desastres suelen traducirse también en un aumento de la actividad de esta unidad, como ocurrió con los incendios forestales de octubre de 2017, que arrasaron más de 220.000 hectáreas en el centro de Portugal.

Estos fuegos generaron “un gran volumen de billetes para valorizar y un notable pico de trabajo”, según el experto.

Cómo se decide si se repone o no el dinero

Los ciudadanos que quieren reponer su dinero estropeado pueden presentar sus solicitudes en cualquiera de las nueve oficinas del Banco de Portugal repartidas por el país. Luego, la unidad que dirige Ferreira, compuesta por una decena de personas, se encarga de analizar el dinero y, dependiendo de su estado, valorar si cumple las condiciones para ser restituido o no.

El estudio de las monedas y billetes estropeados se lleva a cabo en una sala diáfana y vigilada por una treintena de cámaras de seguridad, donde no puede haber bajo ninguna circunstancia ningún empleado a solas, tiene que haber como mínimo dos.

Cada trabajador escudriña el dinero con la ayuda de microscopios y escáneres infrarrojos para comprobar los daños. Si se conserva el 50 % de la superficie del billete, se trata de un original y se ha estropeado de forma accidental, el banco central luso está obligado a reponerlo.

Si, por el contrario, no satisface estos criterios de identificación −comunes a todos los bancos centrales de la zona euro−, la petición es desestimada y el efectivo se retira de circulación para ser destruido.

En caso de detectar un intento de fraude, el Banco de Portugal debe entregar la información del solicitante a la policía e incautarse del efectivo, por lo general billetes falsos pero a veces originales manchados de la tinta indeleble que los cajeros sueltan como medida antirrobo.

*Información elaborada por EFE