
“¡Fuego dentro!”. Eso es lo que grita el personal de armas del submarino S-81 Isaac Peral cada vez que introducen un torpedo en alguno de los seis tubos lanzadores de 533 milímetros que hay en la embarcación. La cámara de torpedos del sumergible, el primero diseñado y construido íntegramente en España, se encuentra en la quinta sección del buque, en la proa, justo por debajo de los camarotes de la tripulación. “Es la parte más bonita del barco”, afirma el sargento primero Pablo Movilla, uno de los responsables del armamento del Isaac Peral.
Esta sala tiene como función el almacenaje y la estiba de armas para su posterior lanzamiento y eyección, que se lleva a cabo mediante una turbina alimentada por aire de alta presión. La cámara puede almacenar 12 torpedos o misiles y hasta 24 minas de forma segura, protegiendo el armamento en caso de incidencias o choques.
Para el diseño de este sistema de armas (WHLS, por sus siglas en inglés), el astillero público Navantia, fabricante de los submarinos de la clase S-80, contrató a la empresa británica Babcock, que entregó los cuatro equipos entre 2012 y 2014. El WHLS está compuesto por un ascensor, que mueve y embarca la munición; dos almacenes de armas, uno a babor y otro a estribor; y un sistema de control para su gestión.
Sin embargo, más allá de la magnitud de los torpedos de color naranja que custodia, una de las cosas más llamativas de esta sala es que cada uno de los tubos lanzadores disponen de una pequeña placa en la que se puede leer un nombre: “Paula”, “Jorge”, “Rubén”, “Gero”, “Pablo” y “Javi”. “Esa es la pregunta que me ha hecho mucha gente”, sostiene el sargento primero al ser consultado al respecto.
Al parecer, el responsable del bautizo de los lanzatorpedos no ha sido otro que el comandante del S-81, el capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo. “Tuvo el detalle de hacerle un tributo al personal de armas que sacó este buque durante la dotación de quilla”, explica Movilla, quien da nombre a uno de los seis tubos, al haber formado parte de la primera tripulación del submarino, conformada cuando este aún se encontraba en construcción y ni siquiera había tocado el agua. “Ya quedamos pocos de los que éramos. Ha sido un gran homenaje”, afirma.
El armamento del Isaac Peral
El submarino S-81 está equipado con torpedos pesados y filoguiados DM2A4, que fueron adquiridos a la compañía alemana Atlas Elektronik en 2005 por algo más de 75 millones de euros. El producto germano presenta un peso de 1.500 kg y 6,6 metros de longitud, y puede alcanzar velocidades de hasta 90 km/h. Además, tiene un alcance de hasta 50 km en su versión corta y de hasta 140 km en la larga.
Este torpedo también destaca por haber sido el primero en poseer un carrete que aloja un cable de fibra óptica que lo conecta al submarino y que, al ser lanzado, se va desenrollando a medida que se aleja del buque. Este cable permite la transferencia de información entre el arma y el sumergible, posibilitando su guiado.
Por otro lado, la Armada baraja la posibilidad de integrar también el misil antibuque NBS, de la empresa noruega Kongsberg, en los submarinos de la clase S-80. Este interés responde a que España ya seleccionó los sistemas nórdicos para equipar a las futuras fragatas F-110, cuya construcción está llevando a cabo Navantia en sus astilleros de Ferrol (A Coruña), y en las actuales F-100, cuando se emprenda su modernización. El NSM tiene un alcance de hasta 200 km, llega a velocidades de Mach 0,9 y posee un sistema inteligente de identificación con cámara infrarrojas que permiten reconocer el objetivo y sortear obstáculos o señuelos.
Si bien el sumergible español cuenta también con las preinstalaciones para el lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk, de diseño estadounidense, por ahora no se prevé que los submarinos de la Armada dispongan de esta capacidad. Los Tomahawk tienen un alcance de hasta 1.600 kilómetros y, en la actualidad, solo son utilizados por Estados Unidos y el Reino Unido, aunque Japón ya ha mostrado interés en adquirir esta arma.