La gala de los Premios BAFTA, uno de los eventos cinematográficos más esperados del año en el Reino Unido, está a punto de celebrarse. Sin embargo, una de las noticias que más ha sorprendido a la opinión pública es la ausencia del príncipe Guillermo y Kate Middleton en la ceremonia. Su inasistencia, que no se había anticipado con claridad en las últimas semanas, ha generado revuelo, ya que se daba por hecho que asistirían, como lo han hecho en ediciones anteriores.
Ante la sorpresa general, el Palacio de Kensington emitía un comunicado explicando los motivos detrás de su decisión. Según la casa real, el matrimonio ha optado por no acudir al evento para coincidir con el inicio de las vacaciones escolares de sus tres hijos: George, Charlotte y Louis. Con el fin de aprovechar este período de descanso en familia, han decidido hacer un viaje fuera del país.
Según informaciones publicadas por el diario británico Daily Mail, el destino elegido por los príncipes de Gales ha sido la isla de Mustique, situada en el Caribe, al norte de Venezuela. Se trata de un enclave privado y exclusivo, conocido por ser un refugio de celebridades y figuras de alto perfil que buscan tranquilidad y privacidad lejos del ojo público.
Esta no es la primera vez que Kate y Guillermo eligen este rincón del mundo para descansar. De hecho, ya han disfrutado de estancias en Mustique en diversas ocasiones, como ocurrió en los veranos de 2018 y 2019, cuando se alojaron en la lujosa Villa Antibes, propiedad de Andrew Dunn, un amigo cercano del príncipe.
El diario británico apunta que los duques emprendieron su viaje el jueves 13 de febrero, justo un día antes de San Valentín. No obstante, lo que más ha llamado la atención de la prensa es que, en esta ocasión, la pareja real habría viajado junta, desmarcándose del protocolo habitual. Tradicionalmente, los herederos al trono viajan por separado como medida de precaución en caso de un eventual accidente, pero esta vez decidieron compartir vuelo.
Mustique: lujo y privacidad
Esta isla caribeña es un destino solo al alcance de unos pocos. Con una superficie de 5,7 kilómetros cuadrados y una población de apenas 500 habitantes, Mustique ofrece un nivel de exclusividad difícil de encontrar en otros lugares. Solo cuenta con un hotel y 89 villas privadas, a las cuales solo se puede acceder mediante invitación.
Los precios para hospedarse en este paraíso tampoco son aptos para cualquier bolsillo. Para disfrutar de una semana en una de sus mansiones de lujo, los costes oscilan entre los 30.000 y los 45.000 euros. Sin embargo, el elevado precio incluye todos los lujos imaginables, como servicio de mayordomo y chef privado, algo a lo que los príncipes están más que acostumbrados en su día a día.
Un viaje familiar con Carole Middleton
Según han afirmado fuentes cercanas al Daily Mail, la pareja no ha viajado sola. Carole Middleton, madre de Kate, también se ha unido a la escapada para compartir tiempo con su hija y sus nietos. La presencia de Carole en este viaje familiar cobra especial relevancia tras los meses difíciles que ha atravesado la princesa de Gales, quien se vio obligada a cancelar su agenda pública debido a problemas de salud.
Kate Middleton, que recientemente ha retomado algunos compromisos oficiales, continúa recuperándose y este viaje supone una oportunidad para relajarse antes de reincorporarse por completo a sus obligaciones reales. De hecho, hace apenas unas semanas se la vio visitando el hospital infantil Tŷ Hafan en Cardiff, un acto que marcó su regreso a la vida pública.
La prioridad de los príncipes: la familia
Conscientes de que su ausencia en los BAFTA no ha sido bien recibida por todos, los príncipes de Gales parecen haber priorizado el bienestar de sus hijos por encima de sus compromisos institucionales. Sus tres pequeños disfrutan de dos semanas de vacaciones en el prestigioso colegio Lambrook, y tanto Kate como Guillermo han decidido aprovechar este tiempo para estar con ellos.
La pareja ha demostrado en múltiples ocasiones que la familia es su máxima prioridad, incluso cuando ello implica dejar de lado eventos de gran relevancia pública. Esta decisión, aunque polémica para algunos, refleja la nueva prioridad de la familia después del difícil año que afrontaron el pasado 2024, tras el diagnóstico de cáncer de Kate Middleton.
