Una mujer con discapacidad tiene que ir a ducharse al gimnasio porque su vivienda alquilada no está adaptada: “Me da mucha ansiedad resbalarme”

Este es el infierno que sufre a diario Sam Lewis, una mujer de 34 años que se siente abandonada por el Estado

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Imagen ilustrativa artritis. (Getty Images)
Imagen ilustrativa artritis. (Getty Images)

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que afecta principalmente las articulaciones. En esta afección, el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error los tejidos de las articulaciones, lo que provoca inflamación, dolor, hinchazón y, con el tiempo, desgaste en las articulaciones.

Esta dolencia suele aparecer en personas de 50 o 60 años y dificulta la movilidad del paciente. En algunos casos, resulta casi imposible poder desplazarse de manera autónoma.

En la mayoría de casos, los afectados requieren de medidas especiales y de unas instalaciones habilitadas para un desarrollo de las funciones en el hogar total. Sin embargo, en el caso de Sam Lewis, la situación es mucho más crítica.

Según reporta el medio BBC, la mujer de 34 años padece este trastorno. Además, pese a su edad, su artritis es agresiva, provocándole fuertes dolores y complicaciones a la hora de moverse.

Su situación es límite y la casa en la que vive tan solo le supone dificultades. De hecho, es incapaz de ducharse en su propia casa, corriendo el riesgo de caerse. Algunas modificaciones como barras de apoyo le facilitarían esta labor.

Sam afirma que no ha encontrado ninguna vivienda adaptada a sus necesidades y que conoce a más gente en la misma situación.

Los tres pisos que ha alquilado tienen duchas en las que es realmente difícil entrar para ella. Y es que sus piernas están demasiado rígidas y sin ayuda le resulta imposible ducharse.

“Me da mucha ansiedad resbalarme”, afirma tras vivir varios incidentes y caídas en la ducha. Sin embargo, se siente desamparada por el gobierno inglés debido a que no recibe la ayuda suficiente.

El fiscal pedía un año de prisión para el hombre, de nacionalidad británica, que entró en una vivienda sin permiso tras sufrir problemas estomacales

”He caminado al gimnasio 150 veces en cuatro años solo para ducharme"

La situación es desesperante para ella, tanto a nivel físico como mental. Los dolores en las articulaciones son constantes, pero el daño psicológico también está presente. Ser incapaz de desarrollar acciones básicas en tu propio hogar conlleva unos niveles de estrés muy altos.

”He caminado al gimnasio 150 veces en cuatro años solo para ducharme", asegura la mujer. El camino que hace hasta las instalaciones es con un bastón y una severa cojera, lo que la destroza anímicamente.

Ya han pasado cuatro años desde que solicitó ayuda por primera vez, cuando vivía en el primer apartamento de alquiler. Los propietarios tampoco aceptan que se reformen las habitaciones para poder contar con la ayuda correspondiente.

El no contar con las ayudas necesarias está provocando que su salud empeore notablemente. Y, si bien es cierto que admite que el gobierno inglés tiene una ayuda para personas discapacitadas, esta no ayuda a reducir las barreras.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Los expertos afirman que las demandas como la de Sam van a multiplicarse a lo largo de estos años con el aumento de la población de ancianos y de niños con necesidades especiales.

Según un estudio de la BBC, 21 municipios de Inglaterra y Gales siguen en trámite casos después de cinco años o más. La situación para estas personas es crítica y, vivir un año sin las ayudas necesarias, puede conllevar graves consecuencias físicas y psicológicas.