
Estar en el momento y lugar ideal. Esa es la suerte que han tenido los viajeros que han cogido el mismo autobús que Claudia González, quien ha subido un vídeo a sus redes sociales enseñando la divertida bienvenida que les ha dado el conductor.
Claudia se disponía a coger un autobús de Granada a Madrid, sin esperar que la presentación de las normas de conducta y el chófer fueran a ser tan divertidos. “Ojalá sean todos así”, reclamaba la autora del vídeo
Discurso de presentación
“Buenas tardes, damas y caballeros. Bienvenidos a este autobús con destino Madrid”, se presentaba el conductor mientas los pasajeros iban tomando asiento. “En primer lugar, recordarles que vamos a hacer una parada en Almuradiel (Ciudad Real) de 30 minutos para comer”, recordaba el transportista.
“Como pueden ver, hay algún asiento libre. Si se quieren cambiar, yo no tengo ningún problema”, ha continuado diciendo. “Den siempre prioridad a las parejas, aunque mañana sea San Valentín les cuesta más separarse que a los solteros”, bromeaba el conductor. “Mañana ya les costará el dineral”, añadía.
“Damas y caballeros, es obligatorio el uso del cinturón de seguridad. Previene multas y previene que se rompan los dientes con la pantalla”, advertía el chófer sacando las risas de los presentes. “Si freno y la rompéis, la pagáis”, decía el conductor.
“No se deben dejar mochilas en el suelo por si pasa cualquier cosa y hay que salir corriendo, si somos 50 personas y hay 50 mochilas… Esto no es como un barco”, explicó el trasportista en un intento de volver a la seriedad. “En un autobús, el conductor no es como un capitán de barco que abandona el último. Si pasa algo, salgo el primero”, volvía a bromear entre risas. “Más vale un cobarde vivo que un valiente muerto”, agregaba el conductor, arrancando de nuevo las carcajadas de los pasajeros.
Después de una breve pausa, el discurso proseguía. “Recordarles también, damas y caballeros, queda prohibidísimo beber alcohol, fumar, vapear, tomar estupefacientes, medicinas sin receta…” recordaba el conductor. Es más, si alguno intentaba esconderse en el baño, “va a saltar la alarma”, y se iba a quedar allí las cinco horas que duraba el viaje.
“Pedirles, por favor, somos muchas personas y que no se quiten los zapatos. Me gusta llegar con la gente despierta”, subrayaba el conductor. “Por higiene, respeto y salubridad no se quiten los zapatos. Tengan en cuenta que si el pasajero del lado se marea no pasa nada, pero si me mareo yo, no llega nadie”, volvía a sacar las risas el autobusero. “Comprueben de todas formas que el pie derecho está en el zapato derecho y el izquierdo con el izquierdo”, manifestaba el transportista entre las risas de los pasajeros.
“Si usan el teléfono móvil, vamos muchas personas. Yo procuro moverme lo menos posible y pillar los menos baches posibles para que puedan descansar. Pero no ayudan si van con el manos libres, las alarmas, los mensajes, el Tinder, etc.”, señalaba el chófer.
“Que no quieres coger a la pareja y sigue llamando, digan que no hay cobertura o pónganse cascos. Si no tienen cascos para el iPhone, vendan el iPhone. Se han gastado 1.000 euros en un móvil y no compran los cascos, cómprense uno más barato con cascos incluidos”, subrayaba entre risas el autobusero.
“Un placer trabajar con ustedes”
“Me gusta mi trabajo, no lo estropeen y me hagan cambiar”, suplicaba el conductor. “Si necesitan cualquier cosa que no sea urgente, esperen a que realicemos la parada. Si es urgente y no aparece en Google, ¿me van a preguntar a mí?“, volvía a bromear. ”Yo estudié con el Espasa, tardaba más en encontrar el libro que la pregunta“, se burlaba el transportista otra vez arrancando las risas de los viajeros.
“Si no necesitan nada, yo suelo quedarme aquí donde el volante. Si ven que me levanto, o están soñando o agarren el volante”, se mofaba el autobusero. “Desearles un buen viaje, nos vemos en una hora y cincuenta minutos para la parada”, se despedía el conductor entre la ovación de todos los pasajeros.