![Samuel, el barbero solidario. (Imagen:](https://www.infobae.com/resizer/v2/ADBDWOTGQFBZPHDYTJDDK5ZQDI.jpg?auth=32c0e3129beb50ae3d32b86b6464cf78a33d247b9df67fee85f9ce9dcd32ca19&smart=true&width=350&height=263&quality=85)
Samuel no es un peluquero común. Tampoco lo son sus clientes. Su peluquería no está compuesta de cuatro paredes, un techo, varios espejos y muchas maquinillas. Más bien está hecha de asfalto, de ruidos de coches, personas caminando y muchísima generosidad.
A sus 17 años, ha decidido usar su profesión para ayudar a las personas sin hogar con un corte de pelo. El joven barbero camina por los sitios donde sabe que habrá alguno de estos posibles clientes. Según le ha contado a La Tarde, se acerca a los más desfavorecidos para preguntarles si quieren cortarse el pelo, y de paso escuchar qué les llevó allí y echarles una mano.
Cortando en la calle
“Hay mucha gente tirada en la calle. No les prestamos atención y pasamos de ellos. Que alguien se acerque y quiera ayudarles, ellos lo valoran mucho”, ha dicho Samuel en el programa de radio.
Para el peluquero, “lo más importante es hablarles, que es sobre todo lo que necesitan y verse bien porque están un poco descuidados”. Una decisión que tomó a los 16 años: “Dejé de salir, empecé a luchar por lo que me gusta, la barbería y a trabajar por lo que quiero apostar en un futuro”.
Aunque el peluquero admite que en sus inicios no todo fue un camino de rosas: “Obviamente, las cosas al principio no van bien. No sabes cortar el pelo, no lo haces bien”, ha reconocido Samuel, que a pesar de ello, nunca se rindió. “Luego, cuando empiezas a trabajar duro salen las cosas y ahora sale el resultado”, ha subrayado el barbero.
“Los pequeños detalles son los que cuentan”
Hace seis meses que Samuel consiguió su primer cliente, una persona sin hogar llamado Manuel, que vive en la calle a causa de sus problemas con el alcohol desde hace 8 meses. Manuel ha confesado que “la vida era mucho peor antes” de que el peluquero llegara a su vida y que las visitas le dan “mucha fuerza para vivir”.
Según Samuel, para la gente en una situación similar a la de Manuel, es muy importante sentirse acompañados y tener “alguien para respaldarles, hablarles y hacerles entender que pueden salir de esta”, ha señalado el barbero.
Pero no solo cumple con su actividad solidaria, sino que Samuel tiene una peluquería a la que va cada día. No obstante, esto no le resulta un impedimento para poder acercarse a las calles del centro de Madrid a cortar el pelo a sus clientes callejeros.
Por las historias que hay detrás
El peluquero encuentra muy reconfortante escuchar la vida de las personas a las que atiende. Lo que más disfruta son esas charlas en las que le cuentan “de lo que se arrepienten, que es fundamental hoy en día para los jóvenes que no miran mucho su futuro, solamente el presente, y todos ellos empezaron por esto”, ha indicado Samuel.
En esos seis meses que lleva con su actividad, el barbero ha admitido que se ha encontrado “con gente muy lista y muy culta, y que puedes aprender muchísimo”.
Con todo ello, Samuel está viendo como está produciendo un impacto fuerte en la vida de esta pobre gente, con ejemplos como el de Manuel, “Aquí tienen un amigo más. Estoy viendo su evolución y sé que va a salir de esta”.
Pero no es solo el mero hecho de cortarles el pelo. Samuel también ayuda a las personas sin hogar trayéndoles comida, mantas y buscando ayuda psicológica, que según él, “es lo que más necesitan”.