El gran susto de la reina Matilde de Bélgica: su avión se ve obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Costa Rica

El pasado 9 de febrero, la reina Matilde de Bélgica llegaba a Costa Rica como parte de una gira internacional en su rol de presidenta honoraria de UNICEF. Su visita tiene como objetivo conocer de cerca los proyectos que la organización desarrolla en el país y promover la protección de los derechos de la infancia. Sin embargo, su visita estuvo marcada por un imprevisto que hasta ahora no había salido a la luz: un aterrizaje de emergencia que alarmó a la tripulación y puso en riesgo a los pasajeros.

El vuelo de la aerolínea KLM que transportaba a la soberana desde Ámsterdam hasta San José sufrió un desperfecto en pleno trayecto. Según informó el diario británico The Independent, una grieta en el parabrisas de la cabina obligó a la tripulación a solicitar un aterrizaje prioritario en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría.

El incidente ocurrió en los minutos finales del vuelo de casi once horas. Cuando la aeronave se aproximaba a su destino, el daño en el cristal frontal de la cabina se hizo evidente, generando una gran preocupación en los pilotos y el personal de a bordo. De inmediato, el comandante notificó a la torre de control sobre la situación y solicitó prioridad para aterrizar, lo que fue concedido.

El aterrizaje se realizó sin mayores contratiempos, pero los momentos de incertidumbre fueron intensos. Según el medio británico, la aeronave tocó tierra a las cinco de la tarde, hora local, con una aproximación más rápida de lo habitual. A pesar de la gravedad del problema técnico, la operación se llevó a cabo de manera controlada, evitando cualquier tipo de incidente mayor.

Uno de los pasajeros a bordo del vuelo, el periodista real Wim Dehandschutter, fue quien alertó sobre la situación en su cuenta de X, antes conocido como Twitter. “El avión que transportaba a la reina Matilde de Bélgica aterrizó en Costa Rica con el parabrisas roto”, escribía el experto. Sin embargo, lo más sorprendente del suceso fue que ni la reina ni los demás pasajeros parecieron notar el problema hasta después del aterrizaje.

Y es que, a diferencia de lo que podría esperarse en una situación de emergencia, los pasajeros a bordo del Boeing 787-9 Dreamliner no fueron informados del desperfecto en ningún momento. De acuerdo con Dehandschutter, el vuelo transcurrió con normalidad, aunque experimentó algunas turbulencias y un aterrizaje más brusco de lo usual.

“Yo estaba en ese vuelo. Como pasajeros, no notamos nada y no recibimos ninguna notificación durante el vuelo ni al aterrizar. Nuestro vuelo de KLM salió del aeropuerto de Schiphol (Amsterdam) con 20 minutos de retraso, hubo turbulencias, como en muchos vuelos, y el aterrizaje fue bastante duro, pero nada parecía alarmante. Por eso me sorprendí un poco cuando leí en los medios locales y en X noticias sobre el aterrizaje de emergencia", explicó el periodista en la red social.

Horas después del incidente, un usuario de redes sociales identificado como @fl360aero, experto en aviación, compartió una imagen del parabrisas afectado. En la fotografía se aprecia la grieta en el lado izquierdo de la cabina de los pilotos, lo que habría motivado la solicitud de aterrizaje prioritario.

“Un avión Boeing 787-9 Dreamliner (PH-BHD) de KLM Royal Dutch Airlines con el parabrisas izquierdo agrietado llegó al Aeropuerto Internacional Juan Santamaría de San José (SJO) con aterrizaje prioritario en la pista 07 después de un vuelo de 10:43 horas, el domingo (09 de febrero) por la tarde”, detalló el usuario.

Pese al inesperado percance, la reina Matilde ha seguido adelante con su programación en el país centroamericano. Durante su estancia, que se ha extendido del 10 al 12 de febrero, la monarca ha visitado diversas iniciativas impulsadas por UNICEF enfocadas en la infancia y la educación.

La soberana de 52 años ha sido fotografiada en diferentes actividades, demostrando tranquilidad y compromiso con la causa que la llevó a Costa Rica. Su viaje concluye hoy, cuando emprenderá el regreso a Bélgica, esta vez, se espera, sin contratiempos.