Un hombre entra en la casa de su expareja y echa acetona en un bote de pepinillos: “Fue solo para que oliera mal”

Una inspección psicológica reveló que el hombre padecía de una patología extrema de celos

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Un incidente inusual y preocupante llevó a un hombre de 42 años a enfrentar una condena judicial en Épinal, en el departamento de Vosgos, Francia.

Según informó el medio Le Républicain Lorrain, el acusado ingresó sin autorización al domicilio de su exesposa en diciembre pasado, en medio de un proceso de divorcio, y vertió acetona, un químico tóxico, en un frasco de pepinillos.

Este acto, que el hombre justificó como una forma de “molestar” a su expareja, resultó en una sentencia de dos años de prisión, de los cuales uno será de cumplimiento efectivo y el otro bajo régimen de libertad condicional.

El caso fue presentado ante el tribunal de Épinal el pasado lunes 10 de febrero, donde el acusado admitió la gravedad de sus acciones.

El olor la alertó

La víctima, al abrir el frasco, detectó un olor inusualmente fuerte que la alertó y evitó que consumiera los alimentos contaminados. Además, la mujer descubrió otros daños en su hogar, lo que la llevó a presentar una denuncia formal ante las autoridades.

Durante el juicio, el acusado explicó que su intención no era causar daño físico, sino simplemente generar una molestia: “Era solo para que oliera mal”, declaró ante los jueces.

Sin embargo, el tribunal consideró que el uso de acetona, un solvente químico que puede ser altamente peligroso si se ingiere en grandes cantidades, representaba un riesgo significativo para la salud de la víctima.

El informe psiquiátrico presentado durante el proceso reveló que el hombre sufría de una “celotipia patológica”, es decir, una forma extrema de celos, y que además tenía problemas relacionados con el consumo excesivo de alcohol. Estas condiciones fueron consideradas como factores que influyeron en su comportamiento, aunque no lo eximieron de responsabilidad penal.

Consecuencias legales y medidas restrictivas

El tribunal sentenció al hombre a dos años de prisión, de los cuales uno será de cumplimiento efectivo y el otro bajo un régimen de ‘sursis probatoire’ (suspensión condicional de la pena).

Además, se le impuso la prohibición de contactar a su exesposa, una medida destinada a proteger a la víctima de futuros incidentes.

El uso de acetona en este contexto resalta la importancia de manejar con cuidado sustancias químicas potencialmente dañinas. Este solvente, comúnmente utilizado en productos como quitaesmaltes y adhesivos, puede causar intoxicaciones graves si se ingiere o se inhala en grandes cantidades.

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Aunque en este caso no hubo consecuencias físicas para la víctima, el incidente subraya los riesgos asociados con el uso indebido de estos productos.

La rápida reacción de la mujer al detectar el olor inusual fue clave para evitar un desenlace más grave. Este tipo de situaciones también pone en evidencia la necesidad de abordar los problemas emocionales y psicológicos que pueden llevar a comportamientos extremos, como los que se observaron en este caso.

El tribunal de Épinal consideró que, aunque el acusado no tenía la intención explícita de causar daño físico, su comportamiento representaba una amenaza seria para la seguridad de su exesposa. La sentencia busca enviar un mensaje claro sobre las consecuencias de este tipo de actos y la importancia de resolver los conflictos personales de manera pacífica y legal.

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