La fiscal del ‘caso Rubiales’ responde: “¿Hasta cuándo vamos a exigir a las víctimas de una agresión sexual un comportamiento heroico?"

El juicio contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, ha celebrado este miércoles 12 de febrero, su séptimo día, con el cierre del turno de declaraciones de los acusados. Rubiales se enfrenta a un presunto delito de agresión sexual y coacciones por el beso no consentido a la jugadora Jennifer Hermoso, hechos por los que la Fiscalía solicita dos años y medio de prisión.

Además, no es el único procesado. Jorge Vilda, exseleccionador nacional; Albert Luque, exdirector deportivo de la selección masculina; y Rubén Rivera, exresponsable de marketing de la Federación, están acusados de un presunto delito de coacciones, con una petición fiscal de un año y medio de cárcel para cada uno.

En esta sesión, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, ha elevado a definitivas sus conclusiones y ha defendido que los delitos imputados han quedado acreditados. Durante su informe final, ha cuestionado la forma en la que se juzga el comportamiento de las víctimas en casos de violencia sexual:

“Como mi obligación es que se aplique la ley y creo firmemente en aquello de lo que estoy acusando, me veo obligada a revictimizar una y otra vez a la que ya ha sido víctima. Lo tuve que hacer en fase de investigación, en la instrucción y en el juicio oral. Y le he tenido que preguntar por qué se reía en el vestuario, por qué bebía champán, por qué comía… ¿Hasta cuándo vamos a estar exigiendo a la víctima de una agresión sexual un comportamiento heroico? ¿Acaso ella no tenía derecho a celebrar un triunfo deportivo de tal entidad? Como parte de la selección femenina de fútbol de España, habían sido campeonas mundiales", ha dicho este miércoles.

La fiscal ha sido tajante al afirmar que el beso no fue consentido y que “no hay género de duda”. También ha destacado que la jugadora fue sometida a un “puzzle coactivo”, en el que participaron los otros tres acusados con la intención de presionarla para que respaldara la versión de Rubiales.

Durántez ha descrito cómo se ejercieron las presuntas coacciones contra Hermoso en distintos escenarios: el vestuario tras la final del Mundial, el autobús hacia el aeropuerto, el vuelo de regreso a España y el viaje a Ibiza. Según la fiscal, Hermoso tuvo “a toda la maquinaria de la Federación en su contra”, enfrentando intentos constantes de desacreditarla y convencerla de que afirmara que el beso fue consentido.

“Rubiales mandaba en todo”, ha señalado la fiscal, subrayando que los otros acusados tenían una relación de dependencia jerárquica con él y que, por tanto, tenían interés en protegerle. “Si él caía, se caían los demás”, ha explicado, dejando claro que ninguno de los implicados sigue hoy en la Federación, pero que no fue Hermoso quien los apartó, sino sus propias acciones.

La fiscal ha enfatizado que, aunque la violencia no es un requisito para que exista un delito de coacciones, en este caso hubo “violencia psíquica, y mucha”. La fiscal ha denunciado la falta de apoyo a Hermoso por parte de la Federación y ha cuestionado la actitud de algunos testigos que respaldaron la versión de Rubiales, destacando la diferencia entre la “humildad” con la que declararon quienes apoyaron a la jugadora y la “chulería” de otros testigos vinculados a la Federación.

Además, ha señalado que la ausencia de Hermoso en los primeros partidos tras el Mundial, pese a ser una de las jugadoras más destacadas, no solo tuvo consecuencias personales, sino también económicas, al no recibir la prima correspondiente.

El juez José Manuel Clemente ha dado por terminada la sesión de este miércoles, dejando para el jueves 13 de febrero las intervenciones de las acusaciones restantes y las defensas de los acusados. El juicio avanza hacia su fase final, con la expectación de una resolución que podría marcar un precedente en la justicia española en materia de agresiones sexuales y coacciones en el ámbito deportivo.

*Con información de EFE