Esto es lo que siempre deberías hacer si compras lechuga de bolsa, según una médico: “Hay restos de bacterias”

La profesional de la salud recalca la importancia de no saltarse este paso

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Un paquete de lechuga. (Adobe
Un paquete de lechuga. (Adobe Stock)

Las bolsas de lechuga listas para consumir se han convertido en una solución rápida y cómoda para muchas personas. Basta con servirlas en un plato o en un táper junto con verduras o carnes y pescados para crear platos sencillos y deliciosos. Al cogerlas en el supermercado podemos observar cómo en el plástico se indica que el producto ha sido lavado y que está listo para su consumo. No obstante, Isabel Vina, una médico y divulgadora, ha compartido con su más de 65.000 seguidores de TikTok, qué es lo que siempre deberíamos hacer con estos artículos.

Qué hacer cuando compras una bolsa de lechuga

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Captura de pantalla de la publicación de Isabel Vina. (TikTok)

Acorde a la profesional de la salud, las hojas de lechuga envasadas pueden contener residuos de bacterias como la Listeria monocytogenes, además de otros contaminantes y microplásticos. Aunque el proceso industrial de lavado reduce la carga microbiana, no garantiza la eliminación completa de estos elementos. Por ello, recomienda encarecidamente lavar las hojas antes de consumirlas. “Aunque ponga lavada, tú lávala, porque todavía hay restos de bacterias, entre ellas la listeria, y de contaminantes y microplásticos”.

La Listeria monocytogenes es una bacteria que puede causar listeriosis, una infección que afecta principalmente a mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con el sistema inmunológico debilitado. Este microorganismo puede proliferar incluso en condiciones de refrigeración, lo que aumenta el riesgo de contaminación si el producto no se manipula adecuadamente.

Microplásticos y residuos químicos en la lechuga

Otro de los motivos por los que se recomienda lavar la lechuga, incluso cuando el envase indica que está lista para consumir, es la presencia de microplásticos y residuos de pesticidas. Sólo 5 de 26 marcas de ensaladas envasadas analizadas están libres de contaminación, según el estudio de la revista francesa 60 Millions de Consommateurs publicado en marzo de 2024 y citado por Justicia Alimentaria. Aunque los límites establecidos para estos residuos en los alimentos son regulados, reducir su presencia con un lavado casero puede ser una medida adicional de precaución.

Cómo lavar correctamente la lechuga de bolsa

Para minimizar el riesgo de contaminación y asegurar que la lechuga esté lo más limpia posible, los expertos recomiendan seguir estos pasos:

  1. Lavarse las manos antes de manipular la lechuga para evitar transferir bacterias.
  2. Sacar la lechuga de la bolsa y colocarla en un recipiente amplio o un colador.
  3. Enjuagarla bajo agua corriente durante al menos 30 segundos, removiendo las hojas con las manos para eliminar posibles residuos.
  4. Usar vinagre o bicarbonato de sodio para una limpieza más profunda. Se pueden sumergir las hojas en una solución de agua con una cucharada de vinagre blanco o bicarbonato durante unos minutos y luego enjuagar nuevamente con agua corriente.
  5. Secarla bien con papel de cocina o un centrifugador de ensaladas para evitar humedad excesiva, lo que podría favorecer la proliferación de bacterias.
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“Un sobreconsumo de plástico inaceptable”

Justicia Alimentaria denuncia que las ensaladas en bolsa “llevan asociado un sobreconsumo de plástico inaceptable”. Desde su página web detallan que “cada año se vierten al medio ambiente 2.500 toneladas de plástico” que derivan de esos envases de “usar y tirar” lo que equivaldría a “cubrir 100 veces el parque del Retiro madrileño con plásticos, cada año”.

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