Empieza a florecer en España el árbol australiano del que alertan los expertos: “Es una de las especies invasoras más preocupantes a nivel mundial”

Se incluye en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras por su capacidad para rebrotar tras los incendios y desplazar a las plantas autóctonas

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Imagen de archivo de unas
Imagen de archivo de unas mimosas. (Adobe Stock)

Durante el verano, el otoño y buena parte del invierno pasan desapercibidos, pero en los últimos meses de frío, cuando las temperaturas empiezan a ser algo más cálidas, emerge su amarillo inconfundible. Están en todas partes, desde los caminos de tierra de los pueblos más recónditos del país, hasta las floristerías de las grandes ciudades, donde se venden sus flores por precios irrisorios con ramos de hasta 20 euros. Son las mimosas, esos árboles que embellecen el campo español, aunque no deberían hacerlo.

Las mimosas, llamadas de forma técnica Acacia dealbata, se incluyen en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO). El informe detalla que esta especie floral australiana tiene un gran impacto ecológico en nuestro país por tres razones: “Impide la regeneración de la vegetación natural, sobre todo tras los incendios; genera comunidades florísticas muy pobres y desplaza a la vegetación nativa por su efecto de sombra y sus compuestos alelopáticos”.

Su peligrosidad contrasta con su belleza, que es justo lo que la trajo a España, ya que, conforme detalla el texto, llegó de forma “voluntaria como especie ornamental”, pero luego, una vez introducida, “se expande de forma natural”. Se trata de una planta muy poco exigente, de manera que es capaz de rebrotar tras los incendios, por lo que dificulta la fijación de otro tipo de especies autóctonas. Además, su gran banco de semillas es muy persistente y permanece viable durante años, de manera que se esparce con facilidad, al tiempo que crece a gran velocidad.

Así avanzaban las llamas en Tenerife durante los incendios del verano de 2023. (EUROPA PRESS)

Una invasión sin fronteras

El estudio Cambios provocados en el suelo por la invasión de acacias australianas, publicado en la revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre, advierte que “la Mimosa es una de las invasoras más preocupantes a nivel mundial y aparece naturalizada en diversos puntos de España como la Cornisa Cantábrica, Cataluña, oeste de Castilla y León, Extremadura, Andalucía occidental, Valencia y las Canarias orientales, siendo una invasora preocupante solo en Galicia”.

Las autoras del estudio, Susana Rodríguez-Echeverría y Paula Lorenzo del Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra, recordaban en un comunicado que los resultados de su investigación “muestran que una vez que se ha producido la invasión es muy costoso y difícil volver al estado original”. En este sentido, Rodríguez-Echeverría insiste en que “aunque la Mimosa todavía no constituya una amenaza seria en estas zonas su erradicación sólo es posible en este momento, antes de que se convierta en invasora, ya que esta especie puede convertirse rápidamente en un problema según datos extraídos de otras zonas del mundo”.

Además, según muestra este estudio, las consecuencias de las acacias invasoras en los bosques nativos van más allá de los incendios, conforme recoge el informe del MITECO. Esta especie altera la fertilidad de suelo y disminuye la disponibilidad de agua para otras plantas, cultivos agrícolas o forestales, e introducen bacterias nuevas en los suelos invadidos que pueden tener un efecto negativo sobre las plantas nativas.

Rodríguez-Echeverría concluye en el comunicado que, para evitar graves daños en los bosques nativos de España, “se debe hacer una mayor inversión económica en este campo así como en la erradicación de nuevos focos de invasión y, sobre todo, en el control o eliminación de poblaciones invasoras establecidas en áreas protegidas debido al alto riesgo que suponen para estas zonas”. La investigadora también considera que “la mayor apuesta debe hacerse en la prevención a través de la educación y la sensibilización ciudadana, del mantenimiento de los bosques autóctonos en buen estado y también en la prohibición de vender y plantar estas especies”.

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